Los ciudadanos somos cada vez más conscientes de la relación entre nuestra alimentación, la salud de los animales y la humana, el equilibrio de los ecosistemas y la propia salud del planeta, algo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) engloba bajo la denominación One Health (Una Salud). El auge de los productos bio, orgánicos o ecológicos responde a esa inquietud.
Origen de los alimentos orgánicos
Un alimento ecológico, bio u orgánico es el que se obtiene a partir de sistemas de producción ecológica, como la agricultura y ganadería ecológicas. Nos cuenta Claudia García Olivas, responsable de Calidad en ALDI que “la producción ecológica se define como un sistema de ordenación de la producción que promueve y mejora la salud del agrosistema”.
Esta forma de producir alimentos presta atención a los ciclos naturales, limita el uso de ciertos fertilizantes y pesticidas, eliminando todos los sintéticos, respeta la biodiversidad y hace un uso mesurado de los recursos para no agotar los suelos. “Por ejemplo, se escogen variedades vegetales o razas locales de ganado adaptadas una determinada zona, con sus características meteorológicas y su orografía. Estas decisiones permiten reducir el uso de agentes externos para obtener productos más respetuosos con el medio ambiente”, añade la experta.
Normativa que regula los productos bio
La producción ecológica se regula en el Reglamento 2018/848. Esta normativa, de obligado cumplimiento en todos los países de la UE, establece que un producto ecológico debe presentar, entre otras, las siguientes características:
- uso mínimo de fertilizante y plaguicidas, siendo estos de origen no sintético
- no sometido a radiaciones ionizantes
- libre de organismos modificados genéticamente (OMG)
- no utiliza antibióticos ni hormonas de crecimiento durante todo su proceso de producción
- garantiza el bienestar animal del ganado.
Para poder denominar a un producto ‘ecológico’, ‘bio’ u ‘orgánico’ el productor, debe superar las auditorías de control de las Autoridades Competentes de la Producción Ecológica. En España estas entidades son responsabilidad de las comunidades autónomas.
¿Hay alguna diferencia entre bio, orgánico y ecológico?
En el lenguaje de la calle es habitual utilizar indistintamente los tres términos. El Reglamento también permite utilizar de manera indistinta y exclusiva tres términos para referirse a cualquier alimento de producción ecológica: ecológico, biológico y orgánico, así como sus abreviaturas, bio y eco.
Así se identifican en el supermercado
De entrada, la denominación de venta deberá llevar el término ecológico, biológico u orgánico de manera expresa. Los alimentos envasados deben exhibir el logotipo de producción ecológica de la Unión Europea (Eurohoja) en el envase
Junto a este logotipo figurará también el código numérico de la autoridad de control u organismo de control del operador responsable de la última operación de producción o preparación. “Siempre que se utilice el logotipo de producción ecológica de la Unión Europea, debe constar la indicación del lugar en que se hayan obtenido las materias primas agrarias de que se compone el producto”, añade la responsable de Calidad de ALDI.
Estas indicaciones de origen se pueden expresar de 3 formas:
a) Agricultura UE. Cuando las materias primas agrarias proceden de algún país de la UE.
b) Agricultura no UE. Las materias primas agrarias proceden de terceros países.
c) Agricultura UE/no UE. Parte de las materias primas agrarias se han obtenido en la UE y otras proceden de un tercer país.
De manera facultativa, si la producción ecológica se ha desarrollado en España, se pueden incluir los sellos correspondientes a las organismos de control públicos que han certificado que el producto cumple con los requisitos de producción ecológica. Según la región, en España se disponen de 17 sellos diferentes, una por cada comunidad autónoma.
Beneficios para el consumidor y para el planeta
Beneficios medioambientales
- Menos contaminación de acuíferos y suelos. La agricultura es uno de los factores que más impacta en el medio ambiente. La salud de los suelos, el uso de agua y recursos naturales, la contaminación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de los recursos hídricos superficiales y subterráneos de todo el planeta, así como el aumento de las emisiones de CO2 son algunas de las consecuencias del modelo de agricultura industrial. “Como los productos ecológicos no contienen pesticidas sintéticos y utilizan solo fertilizantes orgánicos, se reduce la contaminación de las aguas subterráneas y suelos, y se mejora la biodiversidad, siempre que se utilicen en cantidades adecuadas”, apunta la experta.
- Preservar la fertilidad del suelo. Renunciar a los abonos e insecticidas sintéticos preserva la actividad biológica del suelo, imprescindible para que un suelo sea fértil de forma natural y no contenga un exceso de nutrientes que pueda contaminar las aguas. “El uso de técnicas agrícolas menos mecanizadas contribuye también a mantener la estructura del suelo preservando su fertilidad durante más tiempo”.
- Menor consumo energético. Al no hacer un uso intensivo del suelo y respetar los ciclos biológicos de las especies, se necesita menos electricidad y menos combustible.
Beneficios sociales y económicos
- Conservación del paisaje. La agricultura ecológica permite mantener un paisaje más rico y variado, mediante la conservación y creación de setos vivos y cultivos diversificados.
- Empleo y freno a la despoblación. “La especialización de la oferta de productos ecológicos favorece la creación de nuevos empleos y revaloriza la producción agrícola”, añade. Esta realidad sirve de freno a la despoblación rural.
- Recuperación de cultivos tradicionales. La agricultura intensiva apuesta por aquellas variedades con mejor salida en el mercado, que no siempre son las mejor adaptadas al suelo y clima de cada zona. “Aunque no es un requisito legal, la agricultura ecológica tiende al uso y revalorización de estas variedades tradicionales contribuyendo a recuperar el patrimonio genético que, en algunos casos, está cercano a la desaparición”.
En este punto, la experta recuerda que “el aspecto de los alimentos ecológicos es menos atractivo, por lo general. Se nota más en frutas y hortalizas frescas, que presentan tamaños menos homogéneos, más defectos y, por lo general, una vida útil inferior a la de los alimentos convencionales. Entre otras cosas, porque no se añaden las ceras y substancias antifúngicas que se suelen aplicar sobre la piel para alargar la durabilidad”. Estas sustancias protectoras son inocuas para la salud humana y cuentan con todos los permisos y supervisión de las autoridades sanitarias europeas. Su función es la de reducir el desperdicio alimentario.
Beneficios para la salud
Los productos ecológicos suelen tener un aura de alimentos saludables. “En realidad, no existen estudios concluyentes que demuestren que un alimento ecológico es más saludable que uno convencional. Sí que se ha demostrado que las frutas y verduras ecológicas contienen más compuestos bioactivos (como vitaminas y minerales) que las convencionales. Esto se debe básicamente debido a que, debido al menor uso de pesticidas y fertilizantes, se activan los mecanismos propios de defensas de las plantas”, explica.
Otros factores potencialmente beneficiosos – prosigue la experta- podrían relacionarse con la ausencia de ciertos compuestos químicos y pesticidas sintéticos en la dieta. “Por eso el potencial riesgo asociado a su acumulación sería menor en dietas ricas en alimentos ecológicos, aunque aún no hay estudios suficientes en humanos que lo corroboren”. En cuanto a los alimentos procesados, los fabricantes tienden a reducir los aditivos superfluos en su formulación. No es un requisito formalmente exigido por las disposiciones legales, ni significa que sea más saludable o más seguro que aquellos que los llevan, pero añade una pátina de ‘alimento natural’ muy valorada por algunos consumidores.
Los productos bio, ¿son veganos?
Por extraño que parezca hay quienes erróneamente asocian la comida orgánica con alimentos aptos para dietas veganas. Es buen momento para recordar que el alimento vegano es, simplemente, aquel libre de ingredientes de origen animal. “Será vegano y ecológico si sus ingredientes utilizan productos ecológicos, pero no tiene por qué serlo”, responde García Olivas.
De la misma forma, un producto bio puede no ser vegano. Ahora bien, “hay que recordar que uno de los principios de la agricultura ecológica es el bienestar animal en los sistemas de cría de ganado. Muchas personas optan por una alimentación vegana por el rechazo ético a las condiciones de los animales en algunas granjas industriales. La cría con bienestar animal es un puente entre ambas posturas”.
El Consejo de ALDI
El etiquetado ‘bio’ no garantiza automáticamente que un producto sea saludable o sostenible. Es importante leer las etiquetas para conocer el valor nutricional del alimento y su origen, especialmente importante en aquellos ecológicos producidos en lugares lejanos a donde se consumen.
Claudia García. Ingeniera técnico agrícola y tecnóloga de alimentos. Es responsable de Calidad en ALDI Central de Compras (España). Anteriormente ha trabajado como técnico de procesos logísticos y como responsable corporativo de Calidad de Productos Frescos en Caprabo - Eroski. Ha sido responsable de Calidad en Comertel y consultora en Institut Català de Tecnologia (Unitat d'Assessorament).