La hipertensión acapara mucha atención por sus implicaciones en algunas enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, tener la tensión baja también puede comportar riesgos. Por fortuna, en muchos casos pueden solventarse con alimentos que suben la tensión en poco tiempo.
Antes de nada, ¿cuándo hablamos de tensión baja?
El Instituto Nacional de Salud (NIH) de Estado Unidos define la presión sanguínea como la fuerza que se aplica contra las paredes de las arterias cuando el corazón bombea la sangre al cuerpo.
Tres son los factores que condicionan esa presión: la fuerza del latido, la cantidad de sangre bombeada y el tamaño y la flexibilidad de las arterias.
Dina Benali El Founti, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señala que una presión arterial normal "oscila entre 120-90 mm Hg (milímetros de mercurio) la presión sistólica y 80-60 mm Hg la diastólica, es decir, entre 120/80 y 90/60”.
Aunque varía ampliamente de una persona a otras y existen varios estadios para evaluar la hipertensión, “una presión sistólica por encima de 120 indica tensión elevada. Por encima 130, hipertensión. Valores por debajo de 90/60, indicarían una tensión más baja de lo normal, pero en realidad la hipotensión se da cuando ocurre una caída brusca de la presión arterial, de modo que esos valores pueden variar de una persona a otra ".
¿Es malo tener la tensión baja?
Hay personas que tienen niveles presión arterial bajos de manera habitual. “No es preocupante, ni tienen por qué hacer nada al respecto siempre que el médico haya evaluado su causa y determinado que no supone un riesgo para la salud”, señala El Founti.
Una bajada brusca de la presión arterial puede ocasionar mareo, visión borrosa confusión nauseas o debilidad, y a su vez, caídas o golpes que pueden ser graves en personas mayores o peligrosas en situaciones de riesgo, por ejemplo, al conducir o manejar maquinaria o sustancias peligrosas.
Antes de alarmarnos es importante tener en cuenta que la presión arterial varía a lo largo del día, dependiendo de la posición (baja al tumbarnos), la respiración (sube al hiperventilar), la hora del día (es más alta al despertarnos y cae por la noche) o el estrés, entre otros, sin que esos cambios ocasiones problema alguno.
En muchos casos una bajada de tensión puede deberse al calor excesivo, a los efectos secundarios del alcohol, algunos medicamentos como los diuréticos o antidepresivos, o a una deshidratación leve. También puede ocurrir cuando cambiamos rápidamente de posición, por ejemplo, al levantarnos bruscamente.
Sin embargo, también “puede ser el aviso de afecciones más graves, como una infección, problemas cardiacos o una hemorragia interna. De ahí la importancia de acudir al médico para que evalúe las causas y tome medidas para su control ", explica.
Soluciones sin fármacos para subir la tensión de forma recurrente
En personas sanas, en la mayoría de los casos, la bajada de tensión puede resolverse fácilmente al sentarse o tenderse y elevar las piernas por encima del nivel del corazón para facilitar la circulación de la sangre.
Si la presión arterial baja no responde a ninguna causa médica, no necesita tratamiento farmacológico, más allá de paliar el bajón. En caso de deberse a los efectos secundarios de algún fármaco, el médico indicará otros que no los tenga.
¿Qué tomar para subir la tensión sin recurrir a fármacos? Dina Benali El Founti nos propone algunos alimentos fáciles de incorporar en la dieta de personas sanas.
- Café y té. Por su alto contenido en cafeína, sustancia estimulante que puede incrementar el ritmo cardíaco y la presión arterial. Se pueden tomar varias tazas al día siempre que su efecto no tenga efectos secundarios como alternación del sueño, ansiedad o problemas médicos. Una taza de café suele tener entre 80 y 100 mg de cafeína. Valores de hasta 400 mg día en personas sanas, son seguras excepto en embarazadas.
- Chocolate negro (>70% de componentes del cacao). También por su aporte de teobromina y cafeína. Una porción de 50 gramos aporta entre 30-40 mg, pero también, grasas saturadas y azúcares añadidos.
- Alimentos ricos en sal: conservas, como las aceitunas, aperitivos de bolsa, embutidos, anchoas, quesos curados, etc. Su consumo debe hacerse en el marco de una alimentación saludable y de forma ocasional, ya que pueden contribuir a una ingesta excesiva de sal y/o grasas saturadas.
- Regaliz y alimentos que lo contengan. Por su aporte de glizirricina, sustancia que se ha asociado a aumentos de la presión arterial.
Esta experta matiza que todos los alimentos del listado anterior cumplen su función en un momento puntual y siempre que haya un control médico adecuado de los niveles de presión arterial. Por no hablar de la necesidad de un asesoramiento dietético necesario para evitar incurrir en un exceso de energía, sal, azúcares o grasas.
Bebidas de cola y energéticas, un arma de doble filo
Cuando empieza a hacer acto de presencia la sensación de falta de fuerzas o de aturdimiento, es fácil caer en la tentación de abrirnos refresco de cola. En el caso de los más jóvenes, la tendencia es a elegir directamente una bebida energética.
Un estudio de la Asociación Americana del Corazón con jóvenes sanos revela que el consumo de una bebida energética (las famosas ‘energy drinks’) aumenta de media 3,5 mm hg la presión diastólica (el valor más bajo) y la sistólica entre 4,6 y 6,1 mm hg.
Sin embargo, su consumo se ha generalizado entre los jóvenes. En Europa aproximadamente el 68% de los adolescentes las toman. De ellos, el 12% presenta consumo crónico alto (unos 7 litros al mes o 5 unidades/semana), y otro 12%, un consumo agudo alto. Los riesgos asociados son insomnio, hipertensión, deshidratación, ansiedad, convulsiones, arritmias, trastornos cardiacos graves.
Además, se reduce la percepción del estado de embriaguez, lo que incrementa al riesgo de tener efectos adversos
Otros estudios añaden a sus efectos secundarios, problemas renales, daño al esmalte dental y alteraciones mentales.
Son opciones muy accesibles pero su consumo habitual y excesivo puede plantear problemas de salud a largo plazo. Incluso si se trata de refrescos light. “Pueden favorecer la aparición de otras patologías, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Por eso se recomienda que, si hay ingesta, sea ocasional”, declara la experta.
El Consejo de ALDI
Realizar actividad física moderada de forma regular mejora nuestro estado de salud. Los deportes aeróbicos, como correr o nadar, fortalecen el corazón y eso también contribuye a evitar la hipotensión.
Dina Benali El Founti. Técnico superior en dietética y nutrición. En 2022 realizó prácticas de nutrición en un Centro asistencial de Melilla. Instagram: @dinutriii.