Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son uno de los problemas de salud mental más habituales entre adolescentes y jóvenes en todo el mundo. Afecta más a mujeres, sobre todo, la anorexia nerviosa, con una prevalencia estimada en Europa en las mujeres de entre un 1% y un 4%.
Los pacientes con anorexia nerviosa arrastran consigo numerosos problemas emocionales que producen un enorme sufrimiento tanto a ellos mismos como a su entorno. Y se acompañan de importantes consecuencias físicas.
Por eso, hablar de anorexia va mucho más allá de dejar de comer.
Qué es la anorexia
Xandra Romero, dietista-nutricionista especializada en el abordaje de TCA y coordinadora del Grupo de Especialización en Nutrición en Trastornos de la Conducta Alimentaria (GE–NuTCA) de la Academia Española de Nutrición y Dietética, lo define así: “La anorexia nerviosa (AN) es el trastorno de la conducta alimentaria más conocido. Hace referencia al rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo ‘normal’ considerando para la edad y la talla”.
Este trastorno se caracteriza primero por la restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Además, quien lo padece manifiesta “miedo intenso a ganar peso, acompañado de comportamientos persistentes que interfieren en el aumento de peso, incluso en situaciones de tener un peso significativamente bajo”.
Las personas con anorexia nerviosa no se ven del mismo modo que los demás cuando se miran al espejo. “Son características en este trastorno una alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución, la influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, y la falta persistente de reconocimiento de la gravedad del peso corporal bajo actual”. Es decir, incluso llegando a pesar un 85% menos de lo que deberían, continúan viendo frente al espejo una imagen de ellos mismos que no se corresponde con la realidad.
Tipos de anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa se divide en dos grandes grupos, restrictiva y purgativa, aunque existen algunos más:
Anorexia nerviosa restrictiva
La pérdida de peso se debe a la dieta, el ayuno y/o el ejercicio excesivo.
Anorexia nerviosa purgativa
El paciente tiene episodios recurrentes de atracones y purgas. Como purgas se entienden el vómito autoprovocado o la utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas con finalidad compensatoria.
Anorexia nerviosa atípica
Fuera de las dos categorías anteriores y sin criterios diagnósticos completos desarrollados por el momento, este tipo de anorexia nerviosa tiene una alta prevalencia en la actualidad. “Comparte los mismos criterios diagnósticos que la anorexia nerviosa, salvo que las personas que la sufren se encuentran dentro o por encima del rango normal del índice de masa corporal (IMC) a pesar de experimentar una pérdida de peso significativa”, apunta Romero
Este grupo es diverso e incluye niños y hombres, personas con sobrepeso u obesidad previos a la enfermedad, o aquellas en una fase residual de anorexia nerviosa. “A pesar del estado de peso normal, los síntomas psicológicos y las complicaciones fisiológicas de estas personas son generalmente similares a los de los individuos que padecen este trastorno en cualquiera de los otros subtipos”, concluye la dietista-nutricionista.
Anorexia en hombres
Este TCA tiene una prevalencia mucho más alta entre mujeres. Los estudios hablan que solo un hombre por cada nueve mujeres presenta esta patología. Esta situación añade un estigma a los varones que presentan este trastorno. “Esta diferencia entre hombres y mujeres está relacionada tanto con factores biológicos como psicosociales”, comenta la experta. Una de las razones tiene que ver con que “el paso de niña a mujer viene acompañado de importantes cambios de comportamiento y pensamiento regulados hormonalmente, que pueden interferir en la conciencia del propio cuerpo”.
Por el contrario, en los chicos, “la pubertad no sólo es más tardía, sino que no hay un impacto tan importante a nivel hormonal porque es más progresivo”. En el caso de los varones, el peso social viene determinado por lo que entienden que se espera de un hombre. “La masculinidad se relaciona con la fuerza física, por lo que en los casos de anorexia masculina, es más frecuente que la obsesión se centre en el ejercicio físico, que suele ser el síntoma principal y es más difícil de controlar”. La película To The Bone, aunque se centra en la anorexia de su protagonista femenina (Lilly Collins), aborda también cómo afecta el trastorno a un muchacho (Alex Sharp).
Causas de la anorexia nerviosa
No existe una causa concreta para la anorexia nerviosa, sino una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.
Factores biológicos
En este apartado se localiza una predisposición genética, que no se puede cambiar.
Factores psicológicos
Estos son los más relevantes:
- Bajo estado de ánimo
- Cambios frecuentes de humor.
- Irritabilidad y ansiedad
- Aumento de las horas de estudio y, al tiempo, dificultad de concentración.
- Sentimientos de culpabilidad después de comer.
- Alta sensibilidad al rechazo; necesidad de alivio y seguridad constante.
- Tendencias perfeccionistas, obsesivas y rígidas
Factores socioculturales y familiares
“Aquí subrayaría la importancia del ideal occidental de la delgadez. La interiorización de este ideal de belleza y la resultante preocupación por el peso, así como la insatisfacción por la imagen corporal, constituyen predictores significativos para el desarrollo de un TCA”, afirma categórica la experta en TCA de la Academia.
Otro factor de riesgo son los estilos parentales, como la “historia previa de TCA o sintomatología alimentaria en algún miembro de la familia (muy habitual)”, dice Romero. “Sabemos que los padres que presentan una mayor insatisfacción corporal y búsqueda de la delgadez suelen proyectar estos ideales y conductas en sus hijos y fomentar en ellos el deseo de estar delgados. También tienden a criticar más su apariencia física y a controlar en mayor medida su peso”. Estas críticas parentales pueden llevar a una insatisfacción de la imagen corporal y a conductas alimentarias problemáticas.
En la misma línea, también los estilos de ingesta en la infancia son relevantes. “La mayoría de las personas con TCA reconocen los intentos de dieta autoimpuesta en la infancia o adolescencia”, concluye Xandra Romero.
¿Cómo saber si alguien padece anorexia?
En Algo le pasa. Una guía para detectar se señales de alarma de un TCA, elaborada por el Grupo de Especialización en Nutrición en Trastornos de la Conducta Alimentaria (GE-NuTCA) de la Academia Española de Nutrición se ofrecen algunas claves para detectar un problema de anorexia nerviosa. Alguno de ellos son los siguientes:
- Que la persona verbalice constantemente sentir miedo a ganar peso, independientemente del peso en ese momento
- Que restrinja la cantidad de comida que ingiere
- Que evite grupos de alimentos concretos (grasas, carbohidratos)
- Que realice rituales a la hora de comer, como separar y dispersar los alimentos en el plato
- Que tenga conductas obsesivas, como pesarse a diario y, dependiendo del resultado, coma más o menos
- Que realice más o menos ejercicio físico
Síntomas y consecuencias de la anorexia
La principal causa de las complicaciones médicas en la anorexia nerviosa es el desequilibrio entre la ingesta y las necesidades energéticas. “Esta situación lleva a un estado hipometabólico en el que, en un esfuerzo por mantener el equilibrio, el cuerpo regula a la baja”, explica Romero.
Este equilibrio a la baja provoca muchos de los signos y síntomas característicos de la desnutrición. “Destacan las alteraciones gastrointestinales, cardíacas, pulmonares, hematológicas, endocrinas, neurológicas, dermatológicas y, especialmente, musculoesqueléticas, que pueden verse afectadas de forma permanente durante el curso de la enfermedad”, explica la experta.
Estas son algunas de las consecuencias:
- Reducción del ritmo cardiaco y arritmias
- Presión arterial baja
- Amenorrea o desaparición de la menstruación
- Disminución de la masa ósea
- Disminución de la motilidad intestinal
- Estreñimiento crónico
- Deshidratación de la piel
- Coloración amarillenta en las palmas de las manos y las plantas de los pies
- Uñas quebradizas
- Problemas con los dientes y edemas periféricos
- Hinchazón y dolor abdominal
- Depresión, baja autoestima
Cómo prevenir la anorexia
En opinión de la experta en trastornos de la conducta alimentaria “es esencial la educación alimentaria-nutricional que trabaje por erradicar mitos alimentarios, que nos haga entender que la salud está en una amplia variabilidad de formas y pesos corporales y que comer saludable no implica la restricción y el sacrificio, y sí el disfrute”. Evitar unos patrones de conducta demasiado rígidos y entender que no hay que sentirse culpable por disfrutar de la comida, incluso si un día de forma excepcional se toman alimentos altos en calorías, ayudan a tener una relación sana con los alimentos y con el acto de comer.
Añade, contundentemente: “Para prevenir este y cualquier tipo de TCA lo esencial es dejar de perpetuar la restricción alimentaria en la sociedad en general y en entornos sanitarios”.
Apunta una última conducta como factor de riesgo: “La costumbre de comparar los distintos cuerpos, como se hace ahora en muchas escuelas dentro de la actividad de calcular el IMC en clase, me parece una total aberración”.
Tratamiento de la anorexia: cómo volver a comer sin miedo
El tratamiento siempre debe ser administrado por profesionales que sean especialistas en este tema. “Es muy habitual que algunos profesionales sanitarios sin experiencia en esta patología la traten”, afirma Romero. Para la experta es esencial un abordaje multidisciplinar, en el que se incluyan psicólogos, dietistas-nutricionistas, psiquiatras y endocrinos, independientemente de la gravedad del caso, con amplios conocimientos y experiencia en el abordaje de TCA. Lo único que variará, según la gravedad de cada caso, es que la atención sea ambulatoria, en hospital de día o con un ingreso.
Respecto a cómo volver a comer sin miedo, “es importante que no se trate la renutrición desde la perspectiva de premio-castigo, que tristemente se sigue realizando en muchos dispositivos de tratamiento en nuestro país. Por eso es tan importante contar con dietistas-nutricionistas bien formados en este trastorno para trabajar la educación alimentaria-nutricional”.
El Consejo de ALDI
Una pérdida de peso saludable debe ser gradual y controlada. Ante cualquier duda, consulta siempre con un dietista-nutricionista.
Xandra Romero. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad del París y PhD por la Universidad de Barcelona. Miembro de la Academia, coordinadora del Grupo de Especialización en Nutrición en Trastornos de la Conducta Alimentaria (GE–NuTCA) de la Academia Española de Nutrición y Dietética, y miembro del Comité Científico Consultivo de la Academia. Es dietista-nutricionista clínica especializada en el abordaje de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y encargada del Hospital de Día de TCA infanto-juvenil de IMQ-AMSA.