Sabiendo tu biotipo corporal, ¿deberías comer y entrenar distinto?

El biotipo corporal y el somatotipo son dos conceptos de manejo habitual en en el ámbito de la nutrición deportiva y del entrenamiento. Conocerlos puede resultar muy útil, tanto si nuestro objetivo es llevar al máximo nuestro potencial de rendimiento deportivo, como si solo buscamos llevar una dieta saludable y ajustada a nuestra morfología corporal.

¿Qué es el biotipo corporal?

La definición más aceptada de biotipo hace referencia a la cantidad de músculo y grasa corporal, la estructura ósea y la proporcionalidad y linealidad ambos componentes del cuerpo.

Por decirlo en lenguaje fácil es la forma que tiende a adoptar nuestro cuerpo de forma natural según nuestra genética. Y lo que hace que haya personas con más tendencia a engordar o con mayor facilidad para ponerse en forma.

En ningún caso deben entenderse como condicionantes determinantes. Como veremos, el tipo de complexión física se puede modular mediante la nutrición y el entrenamiento adecuados.

Diferencias entre el biotipo corporal y el somatotipo

En la práctica clínica ambos términos se usan de forma indistinta.

El concepto de somatotipo nace en la Psicología de mediados del siglo pasado y hacía referencia a la posible relación entre los distintos tipos de constitución física y determinados rasgos de personalidad. Con el tiempo esa acepción cayó en desuso.

 Hoy biotipo y somatotipo de usan como sinónimos.

Tipos de cuerpos que existen

Según nuestra morfología corporal, se distinguen tres somatotipos. En cada persona predominará más uno que otro, pero todos tenemos algo de cada uno. Son ectomorfo, mesomorfo y endomorfo.

¿Cómo es un cuerpo ectomorfo?

Se identifica con personas de complexión delgada, estructura ósea ligera y estrecha, poca grasa y poco músculo.

 

¿Cómo es un cuerpo endomorfo?

En estas anatomías hay más tejido graso y menos tejido muscular. Esto provoca que, de forma natural, su gasto calórico sea menor. Tienen formas más redondeadas.

¿Cómo es un cuerpo mesomorfo?

Es la morfología corporal habitual de individuos musculosos y de complexión atlética. Tienen facilidad para ganar músculo, pero también para acumular grasa. En hombres se identifican con cuerpos en V (hombros anchos y cadera más esbelta) y en mujeres, con la forma de reloj de arena (cintura estrecha).

¿Cómo es el biotipo combinado?

En la vida real, lo más frecuente es encontrar personas que comparten algunos de los rasgos de dos biotipos diferentes.

Los biotipos endomesomorfos presentan una complexión atlética con tendencia al sobrepeso.

Los biotipos ectomesomorfos tienen morfologías corporales muy definidas, en altura y masa muscular.

¿Cómo saber cuál es nuestro biotipo y por qué es bueno conocerlo?

Los dietista-nutricionistas especializados en nutrición deportiva emplean la somatocarta, una tabla que valora diez medidas distintas del cuerpo hasta conseguir un valor final que se corresponde a uno de los tres biotipos. Esas medidas corresponden a valoraciones de la grasa subcutánea, perímetros corporales y diámetros óseos.

En definitia, “la somatocarta es la representación gráfica de los tres biotipos anatómicos", apunta Mireia Porta Oliva, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de la Nutrición y Dietética.

Esta experta destaca que "conocer el biotipo es muy útil en la búsqueda de talentos deportivos. También sirve de guía para desarrollar el potencial deportivo de una persona".

Los 3 tipos de cuerpos humanos: qué dice la genética y cómo entrenarlos

La ciencia reconoce la relación entre el somatotipo que nos ha tocado por genética y una mayor habilidad o predisposición a unos deportes u otros (resistencia, fuerza…). Frente a los factores endógenos, que no se pueden alterar (edad, sexo y etapa de crecimiento), sí podemos modificar nuestro componente graso y muscular. “Si incrementas la actividad física e incorporas buenos hábitos alimenticios, en concreto, practicas más ejercicios de fuerza, con toda seguridad, aumentarás la masa muscular y disminuirás la grasa. Esto hará que se modifiquen, sobre todo, los componentes endomórfico y mesomórfico", destaca Porta, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos por la Universidad de Barcelona.

Deporte y nutrición son, por tanto, dos herramientas claves para moldear nuestro biotipo corporal. Uno cobrará mayor protagonismo que otro en función del objetivo perseguido.

Para perder grasa habrá que prestar más atención a la palanca de la nutrición, mientras que "para aumentar el componente mesomórfico, además de una dieta adecuada, debemos plantear una rutina de ejercicios de fuerza, para el estímulo anabólico muscular", destaca Porta, que actualmente ejerce como dietista-nutricionista en el FC Barcelona.

Lo que depende de ti y lo que no

El componente genético determina en gran medida la predominancia de cada uno de los tres tipos de físicos existentes. Pero no hay que perder de vista otros  factores endógenos, como "la edad, el sexo y el momento de crecimiento. Los dos primeros influyen mucho en el componente mesomórfico, el más relacionado con el desarrollo muscular".

Porta puntualiza que “no es lo mismo analizar la morfología corporal de un niño de 14 años pre púber o un chico de la misma edad cronológica, pero con una edad biológica diferente y que ya haya conseguido su pico puberal”.

La estructura ósea es otro de los aspectos que no es posible alterar a voluntad. "Si tienes unos huesos grandes, pequeños, más o menos pesados, etc., no tienes ningún modo de cambiar estas condiciones por propia iniciativa. Irán modificándose con el tiempo en las diferentes etapas de la vida, pero no a nuestro antojo”.

Lo que depende de nosotros, será por lo tanto el tipo de entreno para fomentar uno u otro componente, así como la nutrición que podemos tener antes y después del ejercicio.