Accidente cerebrovascular agudo originado por la falta de riego en el cerebro (isquemia) o la rotura de una arteria (hemorragia). Se produce siempre de manera súbita, al interrumpirse la llegada de oxígeno al cerebro. Conocido también como derrame, trombosis o embolia. Los síntomas
que inicialmente puede producir son una pérdida de fuerza o sensibilidad en la cara o en una parte del cuerpo, dificultad para hablar o comprender, pérdida parcial o total de visión en uno o ambos ojos, inestabilidad o desequilibrio y un dolor de cabeza no habitual, repentino y muy intenso.
Es la principal causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. La rapidez a la hora de actuar frente a un ictus cerebral es siempre vital. La prevención es un factor muy importante a tener en cuenta: se debe controlar la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad y la diabetes así como evitar el tabaquismo y practicar ejercicio moderado.
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