Cada vez hay más interés acerca de la microbiota, sus disfunciones y qué es el SIBO, un trastorno que afecta a nuestras bacterias intestinales y que merma considerablemente la calidad de vida del paciente.
Un adulto sano de unos 70 kilogramos de peso lleva en su intestino la friolera de 39 billones de microorganismos que suponen unos dos kilogramos de peso. Esta gran comunidad de bacterias que habitan en el tracto digestivo de las personas conforma lo que se conoce como microbiota intestinal, una mezcla de células bacterianas y células humanas de cuya variedad y equilibrio dependen numerosas funciones del organismo. La suma de esa microbiota con sus condiciones ambientales, su genoma y la funcionalidad de los microorganismos que lo componen es lo que conocemos como el microbioma (la mal llamada ‘flora intestinal’, porque ni es un conjunto de vegetales, ni implica solo a esos microorganismos).
En ocasiones esos microorganismos se multiplican de forma desorbitada. Al ser tantos, necesitan más espacio y toman posiciones en el intestino delgado, donde siguen fermentando alimentos como si estuvieran en el intestino grueso. Esa tarea excesiva en un lugar inadecuado genera un trastorno funcional digestivo conocido como sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés small intestine bacterial overgrowth).
¿Qué es el SIBO?
El SIBO “es la presencia de un número excesivo de bacterias (por encima de 100.000 millones de bacterias coliformes/mL) en el intestino delgado", apunta Alicia Salido, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética. “Este aumento de bacterias, que habitualmente no está a este nivel, porque viven en el colon y sobrecrecen al intestino delgado, fermentan los alimentos en un lugar donde no corresponde. Esto da lugar a ciertos síntomas gastrointestinales específicos".
Principales causas del SIBO
La experta, co-fundadora de la Unidad Andaluza de Trastornos Funcionales Digestivos (TFD), apunta que el origen de su aparición puede ser de lo más diverso. Entre las causas más relevantes, destaca "la esclerodermia (enfermedad autoinmune) disautonomía o disfunción por diabetes mellitus, cirugías varias, síndrome del intestino irritable (SII), enfermedades inflamatorias intestinales…”.
Numerosos estudios, como uno publicado en la Revista de Psicoterapia, en 2021, concluyen que la ansiedad, la depresión y los trastornos del estado de ánimo son diagnósticos comunes asociados a la aparición de SIBO.
Con el fin de conocer con más detalle la etiología de la enfermedad, las causas más relevantes suelen agruparse en tres grupos.
Síntomas del SIBO
Junto a las causas que desencadenan el sobrecrecimiento bacteriano, una serie de indicios nos alertan de su presencia. La experta diferencia entre los síntomas primarios y otros secundarios como consecuencia de tener SIBO:
Síntomas primarios
- Distensión abdominal
- Gas o meteorismo
- Estreñimiento (efecto de arqueas, microorganismos de la microbiota), diarrea (generación excesiva de hidrógeno)
- Pinchazos abdominales
- Dolor epigástrico y abdominal
Síntomas secundarios
- Vómitos
- Nauseas
- Acidez
- Cansancio y debilidad
- Pérdida de peso
- Dolor muscular
- Dolor de cabeza
- Sequedad de la piel
- Dermatitis
- Pérdida de brillo del cabello
- Fatiga crónica
- Insomnio
- Ansiedad, depresión
- Inflamación
- Mala absorción de nutrientes (Intolerancias a fructosa, lactosa, sorbitol…)
- Anemias (ferropénica, perniciosa)
- Déficit de vitamina D, acido fólico, B12
- Síndrome del intestino permeable
¿Cómo saber si tengo SIBO?
El diagnóstico de SIBO comienza acudiendo al médico para contarle nuestra sintomatología. A partir de ahí se inicia un proceso de investigación que, junto a la anamnesis, conformarán el camino hacia el diagnóstico y posterior tratamiento. "Si el paciente no ha ido a la consulta del gastroenterólogo o médico digestivo es muy importante derivarlo. Él pedirá las pruebas correspondientes, tanto orgánicas como otras funcionales, ya que estos síntomas pueden enmascarar otras patologías que comparten los mismos síntomas primarios y/o secundarios. Entre ellos la intolerancia a la fructosa, lactosa o sorbitol, el déficit de DAO, úlceras gástrica o duodenal, gastritis, infección por Helicobacter Pylori, hernia de hiato, diverticulosis, enfermedades inflamatorias intestinales (Crohn, colitis ulcerosa, esofagitis etc) o cáncer de colon”, enumera la experta.
La prueba más accesible y fiable para el diagnóstico de SIBO es la de hidrógeno espirado y metano tras la administración de una fuente de azúcares.
¿Qué pasa si no tratamos el SIBO?
El SIBO puede afectar a población sana y a aquellas personas con alguna patología o que han sido sometidas a una cirugía gastrointestinal u otras. “En este segundo grupo, se cuadruplican las posibilidades de que aparezca el SIBO. En el caso de la población sana, se estima que en torno a un 20% podría tenerlo, mientras que los pacientes con patologías como colitis ulcerosa, se calcula que puede alcanzar hasta un 80%", completa Salido.
Tanto si se trata de una persona inicialmente sana, como con otras patologías asociadas, “es muy importante tratar al paciente con un plan dietético personalizado por un dietista-nutricionista especializado en patología digestiva. De no hacerlo, no se pondrá bien", recalca contundente Salido.
La dieta no es un complemento, sino un pilar clave hacia la curación. "Hay pacientes que no cumplen los tratamientos dietéticos, no lo toman en serio y eso puede desembocar en otras patologías o dolencias mucho más importantes”, señala la experta. Entre esas complicaciones asociadas señala las siguientes:
- Condiciones autoinmunes, por ejemplo, artritis reumatoide
- Afecciones de la piel, como acné, eccema, psoriasis…
- Candidiasis
- Dolores de cabeza
- Insuficiencia pancreática
- Depresión, ansiedad y estrés crónico
- Intolerancias (fructosa, lactosa, sorbitol, DAO)
- Alergias alimentarias
- Enfermedades inflamatorias intestinales (Crohn, colitis ulcerosa, esofagitis eosinofílica…)
- Anemia ferropénica y megaloblástica crónica
- Síndrome de las piernas inquietas
- Cáncer de colon
¿Cuánto tiempo tarda en curarse?
La duración del proceso de curación es bastante incierta. “Puede tardar desde unos meses hasta años en curarse, si es que llega a curarse. Además, el SIBO suele tener casi siempre recidivas, es raro que solo se tenga una vez. Se estima que dos de cada tres casos de SIBO son crónicos", apunta.
Tratamiento y dieta especial para combatir el SIBO
Para evitar que la enfermedad se perpetúe, solo hay un tratamiento posible: "Debemos pautar una dieta personalizada baja en azúcares fermentables (FODMAPS), pautada y supervisada siempre por un dietista-nutricionista. Si se hace siguiendo uno de los muchos listados que se pueden encontrar en cualquier sitio es fácil sufrir consecuencias indeseadas, como un mayor riesgo de desnutrición o déficit de nutrientes específicos. En esos casos, lo habitual es que la microbiota sufra más y que la sintomatología, en vez de mejorar, empeore". Por ello, es importante acudir a un médico especialista en digestivo y a un D-N también especializado en esta área.
Además, puede tratarse con dos antibióticos diferentes. “Pautar uno u otro dependerá de si el SIBO es de metano, de hidrógeno, o de los dos. Esta decisión corresponde al médico digestivo, que también decidirá la dosis y duración del tratamiento".
El tratamiento puede incluir algunos complementos nutricionales como L-Glutamina o micoterapia. "El año pasado hicimos un estudio en pacientes con SIBO, con unos resultados muy buenos, tras llevar unos ocho años utilizándolos en la Unidad Andaluza De Trastornos Funcionales Digestivos de la que soy co-fundadora", apostilla.
La experta aprovecha para dar algunos consejos relacionados con la dieta y su aplicación:
- Repartir las comidas en 5 ó 7 ingestas al día, dependiendo los horarios del paciente
- Masticar bien los alimentos y comer despacio
- Seguir una dieta de fácil digestión, volúmenes pequeños de comida en cada toma
- No tomar agua ni líquidos durante las comidas y cenas
- Cocciones prolongadas de alimentos ricos en hidratos de carbono como la pasta, arroz y patata
- Aprender técnicas de control de las emociones para gestionar el estrés
Finalmente, sugiere establecer unos hábitos de vida saludables que favorezcan una microbiota más sana. “Dieta variada, saludable y equilibrada, llevar una vida físicamente activa y evitar el consumo diario de excitantes, alcohol y comida rápida de bajo valor nutritivo", resume.
¿Es lo mismo el SIBO que el IMO?
Aunque ambos trastornos se refieren a un sobrecrecimiento de los microorganismos que viven en el colon, "en el caso del IMO (sobrecrecimiento de metanógenos intestinales) las bacterias que sobrecrecen son las de sulfuro de hidrógeno (compuesto a base de azufre). Para identificar en consulta si el paciente tiene IMO podemos preguntar si las heces son fétidas. Eso nos dará información útil para determinar el diagnóstico, sobre todo, porque en España todavía no existe una prueba diagnóstica específica para identificar el sobrecrecimiento de las bacterias propias del IMO".
El Consejo de ALDI
El estrés suele agravar las molestias digestivas. Procura llevar hábitos saludables, no le quites horas al sueño, haz deporte de forma regular e intenta sacar algunos minutos del día solo para ti. Puede ser practicando meditación o, por qué no, saboreando una comida rica sin prisas (vamos, el mindful eating).
Alicia Salido. Miembro de Honor, miembro del Comité Directivo y directora Académica de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Tesorera del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas Nutricionistas de España. Co-fundadora de la Unidad Andaluza de TFD (Trastornos Funcionales Digestivos) y responsable del área de nutrición. Responsable del Área de Nutrición de los Centros Milenium Sanitas Andalucía. Responsable del Área de Nutrición de la Unidad de LIPEDEMA, en Sevilla. Diplomada -Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Navarra Máster en Obesidad y metabolismo por Universidad de Navarra Máster en Microbiología Clínica. Instituto Europeo de Química, Física y Biología Postgrado en Nutrición Oncológica. www.aliciasalido.com. Instagram @aliciasalido. Twiter:@salidoalicia