Dos tercios de la población está infectada por una bacteria llamada Helicobacter pylori. La mayoría de los infectados, ni enfermará, ni tendrá síntomas. De hecho, ni se enterará si quiera de que la llevan en el estómago, a pesar de que el Helicobacter pylori se suele contraer en la infancia.
Precisamente por ello es importante estar atento a sus síntomas, ya que este microorganismo con forma de espiral es la principal causante de úlceras estomacales o úlceras pépticas. Además, según la Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer, tiene una relación directa con el cáncer de estómago. Por otro lado, una reciente publicación refiere una mayor incidencia de la enfermedad de Alzheimer en pacientes infectados con ella.
¿Qué es el Helicobacter pylory?
El Helicobacter pylori es una bacteria que puede infectar y crecer en la mucosa del estómago. Pese a que el ácido de ese órgano impide a la mayoría de las bacterias habitar en él, “el Helicobacter pylori puede neutralizar esta acidez y sobrevivir”, afirma María Bienvenida Gómez Sánchez, dietista-nutricionista de la Unidad de Nutrición Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia y miembro de número de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Esta bacteria presenta también otras peculiaridades. “Es capaz de penetrar en la mucosa del estómago, uniéndose a las células que lo revisten. De esta forma evita que el sistema inmunitario la destruya, ya que no logra llegar al revestimiento el estómago”, confirma Gómez Sánchez.
¿Cómo se contagia el Helicobacter pylori?
El contacto directo con la saliva, el vómito o las heces son las formas más comunes de contagio. Otra forma de contagio es la ingesta de alimentos o aguas contaminadas. Por eso, la experta recalca que las recomendaciones para prevenir la infección pasan por “una buena higiene de manos, sobre todo después de ir al baño y antes de la manipulación de alimentos, así como beber agua de una fuente segura”.
Síntomas de la infección con Helicobacter pylori
Los síntomas del Helicobacter pylori son muy variados, aunque suelen relacionarse con las úlceras pépticas y con las gastritis. Estos son los más habituales:
- Inflamación, dolor y acidez de estómago, con eructos y reflujo, en algunas ocasiones.
- Sensación de saciedad precoz y náuseas o vómitos.
- Algunos pacientes notan que el dolor disminuye a la ingesta y aumenta con el estómago vacío.
- Pérdida de peso involuntaria y de apetito, debilidad o anemia.
- Deposiciones oscuras. De hecho, una de las preguntas frecuentes para el diagnóstico suele ser de qué color son las heces con Helicobacter pylori.
Así se diagnostica
Para diagnosticar el Helicobacter pylori existen métodos invasivos y no invasivos. Entre los primeros, encontramos la gastroscopia para visualizar y biopsiar el tejido gástrico. Entre los métodos no invasivos están la analítica de sangre, que mide los anticuerpos de la bacteria, el test de urea en aire espirado, o la detección de antígeno en heces.
Relación entre la bacteria y la gastritis
La presencia del Helicobacter pylori en el estómago provoca una inflamación de la mucosa. “Es lo que llamamos gastritis. El riesgo de complicaciones aumenta si la infección permanece, llegando a producirse ulceraciones, linfoma gástrico y hasta cáncer gástrico. Si la gastritis evoluciona a gastritis atrófica, que es una inflamación crónica generalizada de la mucosa del estómago, se pierde la capacidad de segregar ácido clorhídrico, necesario para la digestión, y hasta el factor intrínseco, una sustancia necesaria para la absorción de la vitamina B12”, explica la experta.
Alimentos que se pueden comer
Una vez diagnosticada suelen aparecer dos preguntas sobre la mesa. La primera es ‘tengo Helicobacter pylori, ¿puedo contagiar a mi familia?’, que ya hemos visto que puede evitarse con una adecuada higiene cotidiana. La segunda afecta a la dieta. “La alimentación juega un papel importante en la reducción de la sintomatología digestiva y en la mejora de la mucosa gástrica. Al tratarse de una infección en el estómago con sintomatología inflamatoria e irritativa, la dieta indicada es la blanda de fácil digestión o de protección gástrica”, especialmente en fases agudas asevera la dietista nutricionista.
Por otro lado, es recomendable reducir el volumen de comida, incrementando el número de tomas al día. Y optar por elaboraciones suaves, como el vapor, el hervido, el horneado o la plancha, estos dos últimos a temperaturas suaves y con muy poco aceite.
La dieta para diagnosticados de Helicobacter pylori con sintomatología incluye:
- Cereales, como el pan, el arroz, la pasta, la quinoa o el cuscús.
- Plátano maduro y resto de frutas, cocidas o al horno.
- Verduras cocinadas y no flatulentas, como el calabacín, la calabaza, la zanahoria, la berenjena, los puerros o las judías verdes.
- Patata y boniato.
- Las lentejas se pueden consumir, pero sin piel o trituradas y pasadas por el colador chino, al igual que los guisantes.
- Carnes blancas, como el pollo, el pavo o el conejo.
- Pescado blanco, como la merluza, el lenguado, el bacalao o el gallo.
- Huevos.
- Lácteos bajos en grasa y en lactosa, como el queso fresco, el requesón, el yogur o el kefir.
- Bebidas vegetales alternativas a la leche de vaca, como la de arroz, la de avena, la de soja o la de almendras.
- Como fuente de grasa, el aceite de oliva crudo y el aguacate.
Alimentos prohibidos (o, mejor dicho, desaconsejados)
Los dietistas-nutricionistas huyen del concepto ‘alimentos prohibidos’ para el Helicobacter pylori y prefieren señalar que hay alimentos que deberían tener un consumo meramente ocasional dentro de una dieta específica para esta infección. En este sentido, se deben evitar los alimentos que favorecen la irritación e inflamación de la mucosa gástrica. Entre ellos:
- Los cítricos y la fruta cruda
- El picante, el alcohol, las bebidas con gas, los productos excitantes, como el café, el cacao o el té
- Leche con lactosa
- Hortalizas crudas y flatulentas, como las coles, el brócoli o las alcachofas
- Cereales integrales
- Alimentos con alto contenido en grasas, ya que enlentecen la digestión, como los quesos cremosos, las carnes rojas, el embutido, la bollería o los precocinados
- Elaboraciones con mucho aceite, como los fritos, los rebozados, los empanados y los gratinados.
Tratamiento: ¿Cuándo se empiezan a notar los efectos?
El tratamiento contra el Helicobacter pylori es una combinación de dieta y farmacología. Esta última, “busca a reducir la sintomatología y erradicar a la bacteria. Consiste en un inhibidor de la bomba de protones asociado a dos o tres antibióticos”.
El papel de la dieta es contribuir a reducir las molestias digestivas. Se puede complementar con “probióticos, que incrementan la tasa de eliminación de la bacteria, reduciendo los efectos secundarios de los antibióticos a nivel intestinal”, afirma la dietista-nutricionista.
Es importante tener en cuenta que su remisión a veces es muy compleja, ya que en los últimos veinte años, esta bacteria ha mostrado un aumento a la resistencia a los antibióticos.
¿Hay una cura definitiva natural?
La respuesta de la dietista-nutricionista es categórica: “No. Los productos naturales nunca deben sustituir a los antibióticos, ni al resto del tratamiento farmacológico. Se podrían emplear en combinación con estos, pero no está recomendado utilizar una terapia alternativa exclusiva, ya que no erradicaría la infección y se agravarían los síntomas.”
¿Se puede volver a reproducir el Helicobacter pylori?
Por desgracia, es posible tener dos veces Helicobacter pylori. Lo explica Gómez Sánchez: “La reinfección puede producirse por una cepa diferente a la primera que ya se había erradicado. O puede que se reactive la misma cepa que se había mantenido indetectable tras el tratamiento. Por esta razón es muy importante finalizar el tratamiento antibiótico y cumplir los horarios del mismo para que no se cree resistencia”, concluye.
Dieta para el Helicobacter pylori
Una vez más, los dietistas-nutricionistas insisten en que no hay una dieta per se que combata la infección, ni que la cure. El propósito de pautar una dieta específica es atenuar los síntomas, o permitir al paciente sobrellevar mejor la sintomatología propia de esta enfermedad.
María Bienvenida Gómez Sánchez ha elaborado un ejemplo de menú para a seguir en fases agudas en caso de haber sido diagnosticado de Helicobacter pylori:
Ejemplo de menú para Helicobacter pylori | |
Desayuno | Kéfir y tostada de aguacate y queso fresco |
Media mañana | Manzana asada sin azúcar añadido |
Comida | Sopa de fideos desgrasada. Judías verdes, zanahorias y patatas con merluza al vapor Compota de pera Pan tostado |
Merienda | Yogur y plátano maduro |
Cena | Crema de calabacín y patata Tortilla francesa Yogur Pan tostado |
El Consejo de ALDI
Los alimentos tienen compuestos nutricionales o no que, en algunos casos, pueden interferir con la absorción o aprovechamiento de los nutrientes de otros alimentos. Ante la duda, consulta con tu dietista-nutricionista o con tu médico de cabecera.
Paula Jakszyn Filosof. Miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Licenciada en Nutrición por la Universidad de Buenos Aires, máster en Salud Pública y doctora en Ciencias de la Salud y de la Vida por la Universidad Pompeu Fabra. Es investigadora Senior en la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología. Las principales líneas de investigación de este grupo son: Cancerigenos de la dieta, Homeostasis y sobrecarga de hierro y Potencial Inflamatorio de la dieta en relación al riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas . Dicho grupo cuenta con proyectos financiados por entidades Nacionales e Internacionales, como el ISCIII y entidades relacionadas con la nutrición y el cancer como la World Cancer Research Fund. Es autora de más de 70 publicaciones en revista de alto impacto. Actualmente trabaja como profesora de Epidemiologia Nutricional en el Máster de Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra y como profesora de las asignaturas de Nutrición Comunitaria y Dietoterapia en el grado de Nutrición de la Facultad Blanquerna.