Conseguir que los más pequeños coman fruta y verdura puede parecer un desafío, pero con un poco de creatividad y paciencia, estos alimentos pueden convertirse en una parte divertida y natural de su rutina. En lugar de imponerlos, es más efectivo crear un ambiente relajado en la mesa, donde comer saludable se asocie con experiencias agradables.
Dar ejemplo es fundamental: si ven que los adultos disfrutan comiendo fruta y verdura, será más fácil que ellos también lo hagan. Además, hacerles partícipes en la elección y preparación de los alimentos puede despertar su interés. Llevarlos al supermercado para que exploren la variedad de colores, olores y texturas los anima a probar cosas nuevas y a sentirse parte del proceso.

La presentación también marca la diferencia
Un plato con formas divertidas, combinaciones de colores llamativos o texturas sorprendentes puede hacer que comer frutas y verduras sea mucho más atractivo. A veces, simplemente con cambiar la manera en que se sirven los alimentos puede hacer que los niños les den una oportunidad.
Si no les gusta una verdura cocida, probarla en crudo o en puré con otros ingredientes puede ser la solución. Otra manera de convencerles puede ser con brochetas de frutas o batidos. Por otro lado, dejar que colaboren en la cocina, aunque sea con áreas sencillas como lavar la fruta o mezclar ingredientes, les hace sentir que forman parte de ello y aumentar su predisposición a probar lo que han preparado.
Frutas y verduras en la dieta habitual
Incluir estos alimentos en la rutina es otro aspecto importante. Si las frutas y verduras forman parte habitual de las comidas, los niños se acostumbrarán a verlas en su plato sin necesidad de insistirles. También es fundamental reforzar positivamente los pequeños avances: felicitarles cuando prueban algo nuevo o cuando muestran interés por un alimento saludable puede motivarles más que cualquier imposición.
Evitar la sobreexposición a productos ultraprocesados en casa es otro factor a tener en cuenta. No se trata de prohibirlos, sino de que vean que las opciones saludables sean más accesibles y atractivas en el día a día. Si los niños y niñas crecen en un entorno donde las frutas y las verduras son la norma y no la excepción, será mucho más fácil que las incorporen a su alimentación y que las acepten con naturalidad.
Para hacer todo esto más sencillo, en ALDI se pueden encontrar frutas y verduras frescas, de calidad y de origen nacional que facilitan la tarea de alimentar a los más pequeños de manera saludable. Con un poco de imaginación y algunos trucos sencillos, hacer que disfruten de estos alimentos puede ser más fácil de lo que parece.
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