Cuando una mujer se entera de que está embarazada, una de las primeras cosas que ha de vigilar es su dieta diaria, si es que antes no llevaba una alimentación saludable. Es entonces cuando le asaltan preguntas sobre los mitos y realidades de los alimentos prohibidos. Junto al jamón, surgen las dudas sobre si se puede comer queso en el embarazo.
No hay una respuesta única a esta cuestión porque, como veremos a continuación, son varios los factores que pueden influir en esa respuesta.
¿Por qué se dice que el queso es peligroso o incompatible durante el embarazo?
La idea de que el queso no es un buen alimento para las embarazadas se asienta en que se trata de un alimento crudo. Por lo tanto, se asocia con otros alimentos y preparaciones que, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sí están prohibidas. Entran en esta categoría el sushi, el sashimi, o los carpaccios de carne o pescado. También, los huevos crudos o preparaciones elaboradas con huevos crudos, como las mayonesas caseras o merengues.
Montserrat Martínez, profesora del área de Nutrición y Bromatología, de la Universidad de Zaragoza, y académica de número de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señala que por su condición de alimento crudo, “el queso podría aumentar el riesgo de transmisión de ciertos microorganismos patógenos que pueden afectar al feto o incluso provocar un aborto. Tal sería el caso de la Listeria monocytogenes”. La listerosis es “una infección con sintomatología muy variada, que va desde síntomas gastrointestinales leves, hasta dolores musculares o fiebre. En los casos más graves, en embarazadas puede afectar a la placenta y causar microabscesos”.
A pesar de esto, la dietista-nutricionista sostiene que sí puede consumirse queso durante el embarazo, “siempre que se tenga precaución con ciertos aspectos”, como la leche con los que se han elaborado o el tiempo de maduración. Es decir, debemos analizar qué variedades sí se permiten porque no entrañan riesgo.
¿Qué quesos puede comer una embarazada?
Tal y como indica la dietista-nutricionista, ver el queso y el embarazo como una prohibición rotunda es, en parte, un mito:
- Las mujeres embarazadas pueden consumir todos aquellos quesos de vaca, cabra, oveja o búfala que hayan sido elaborados con leche pasteurizada.
- El queso fresco o tipo Burgos también podría consumirse, pero siempre comprobando que se ha elaborado con leche pasteurizada.
- Se permite los quesos curados, como el Manchego, el queso Tetilla, el Gruyère o el Gouda, pero mejor que sean con leche pasteurizada.
- El queso parmesano, aunque se elabora con leche cruda, tiene un alto grado de curación, por lo que tiene un contenido en humedad muy bajo. Esto dificulta que puedan crecer microorganismos. Aun así mejor quedarnos con los quesos hechos con leche pasteurizada.
¿Qué quesos debe evitar una embarazada?
Que la lista de quesos permitidos durante el embarazo sea larga no significa que puedan consumirme todo tipo de quesos. Sí hay algunos que son desaconsejables. Se trata de los quesos elaborados con leche cruda y no pasteurizada, pero también “los quesos de pasta blanda madurados con mohos”.
La razón es que este tipo de quesos contienen más humedad que los quesos curados, lo que puede favorecer el crecimiento de microorganismos perjudiciales.
Así puedes saber si el queso está hecho con leche pasteurizada
Por lo que hemos visto hasta ahora, es evidente que una de las claves para saber si podemos consumir o no un determinado queso durante el embarazo, es con qué tipo de leche está elaborado. Y sabemos que si es leche pasteurizada, no hay riesgo.
Como con otras muchas dudas acerca del contenido nutricional, el origen o la fecha de consumo preferente, la respuesta está en el etiquetado obligatorio. “Para poder saber si la leche empleada es pasteurizada a no, debe leerse en la etiqueta la lista de ingredientes. Allí indicará si se ha utilizado leche cruda o pasteurizada”.
¿Por qué es importante de comer queso durante el embarazo?
La razón es sencilla: porque el queso es un alimento muy completo nutricionalmente. Y es especialmente interesante por su aporte de ciertos nutrientes esenciales, sobre todo muchas vitaminas y minerales durante el embarazo. Entre ellos, “el calcio, que ayuda al desarrollo óseo y dental del feto, pero también, proteínas de alta calidad. Existen estudios que indican una relación positiva entre el consumo de lácteos y derivados como el queso durante el embarazo, y un aumento significativo del crecimiento del feto y un menor riesgo de tener un bebé de bajo peso al nacer”.
Consejos para comer queso durante el embarazo
Sabiendo los importantes beneficios de comer queso durante los meses de embarazo, Montserrat Martínez solo añade solo unas pocas recomendaciones:
- Leer bien las etiquetas de los ingredientes, asegurándonos de que se han elaborado con leche pasteurizada
- No abusar de los quesos muy curados porque tienen un contenido en grasa saturada y sodio (sal) muy elevado. “Se deben preferir los quesos frescos o requesón, y leche u otros derivados lácteos, como yogures”, apunta la experta.
- Lo mismo sucede con el queso parmesano, suyo contenido en sal es muy elevado, por lo que su consumo, sin estar desaconsejado, debe hacerse con más moderación.
El Consejo de ALDI
Si siempre hay que cuidar la higiene y la seguridad alimentaria en la cocina, mucho más durante el embarazo. Evita los alimentos crudos, como algunos quesos, pescados ahumados o mariscos poco hechos, desinfecta las frutas y verduras que vayas a consumir en crudo, y lava bien las que vayas a cocinar. Además, extrema la limpieza de todos los utensilios y superficies que entren en contacto con los alimentos, y también tus manos.
Montserrat Martínez. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética y Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad de Zaragoza. Máster de Iniciación a la Investigación en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y doctora por la Universidad de Zaragoza en Calidad, Seguridad y Tecnología de los Alimentos. Desde 2019 es académica de número en la Academia Española de Nutrición y Dietética. Es profesora del área de Nutrición y Bromatología en la Universidad de Zaragoza desde el año 2017, donde imparte diversas asignaturas en el Grado en Nutrición Humana y Dietética.