Durante la gestación el cuerpo de la mujer sufre numerosos cambios fisiológicos. El estreñimiento en el embarazo es uno de ellos. Se calcula que entre el 30 % y el 35 % de las gestantes sufre este trastorno gastrointestinal, que consiste en una disminución del número de deposiciones o en la necesidad de hacer un esfuerzo excesivo para expulsarlas, a veces con dolor.
Después de las náuseas, el estreñimiento es el segundo síntoma más habitual durante el embarazo. Pese a no ser grave, puede llegar a resultar muy molesto.
Qué causa el estreñimiento durante el embarazo
Los cambios hormonales son la principal causa de que el intestino de la mujer embarazada funcione más lento de lo habitual. “Con el embarazo aumenta la progesterona, que provoca que los músculos de las paredes intestinales se debiliten. A la vez, disminuyen los niveles de motilina, una hormona encargada de estimular el movimiento del estómago y del intestino. En consecuencia, se genera una mayor absorción de agua desde el colon que ocasiona un endurecimiento de las heces y una disminución del tránsito”, explica la farmacéutica y dietista-nutricionista, Natalia Hernández.
Hay otros factores que también influyen, como los cambios en el estilo de vida, que abarcan desde un mayor sedentarismo a modificaciones de la dieta e, incluso, la ingesta de medicamentos. “En el caso tomar suplementos con hierro, el estreñimiento suele ser más acusado¨, señala la experta.
Cuando ya está más avanzado el embarazo, en el último trimestre, el mayor tamaño del bebé hace que el útero aumente a su vez de tamaño para alojarlo. Esta situación ejerce cada vez más presión sobre el intestino, dificultando el tránsito intestinal.
Remedios caseros para el estreñimiento en embarazadas
Primer trimestre
El primer paso para intentar aliviar el estreñimiento es llevar una dieta saludable que incluya fibra. Se recomienda comer unos 25-35 gramos al día, algo que no es difícil de conseguir. Este nutriente se encuentra en los cereales integrales, legumbres, frutos secos, frutas y hortalizas.
La dietista-nutricionista Natalia Hernández recuerda que ¨no hay que olvidarse de la importancia de aumentar el consumo diario de líquidos, siempre optando por el agua como mejor opción¨, recuerda la nutricionista Natalia Hernández.
Segundo trimestre
Avanza la gestación y con ella el incremento de las hormonas del embarazo. Los efectos que estas causan en la disminución de la movilidad intestinal ya comienzan a hacer efecto. Por ello, como destaca la dietista-nutricionista, ¨es fundamental la actividad física diaria. Simplemente como parte de la rutina, moverse y caminar a buen ritmo ya va a promover movimientos en el intestino¨.
Tercer trimestre
En la última etapa el útero se ha distendido tanto que comprime a nivel intestinal. "Además se produce un aumento de la hormona aldosterona, que aumenta la absorción de líquidos y electrolitos del intestino dificultando más aún el tránsito intestinal", señala la experta. Es el trimestre más proclive al estreñimiento y el tratamiento es el mismo: beber líquidos, reajustar la dieta con alimentos ricos en fibra, según la tolerancia digestiva (aumentar el consumo de algunos alimentos ricos en fibra y que sean bien tolerados) y realizar actividad física. Si no hay mejoría, no está de más acudir a un dietista-nutricionista para revisar la alimentación.
Como último recurso, si no se produce una mejora, y siempre consultando antes con el especialista, habrá que recurrir a la toma de laxantes.
Qué tomar para el estreñimiento en el embarazo (y qué no)
Antes de iniciar la toma de cualquier producto para mejorar el estreñimiento se debe acudir al médico, a la matrona que sigue a la gestante o al dietista-nutricionista.
Agentes formadores de masa (o suplementos de fibra). Son la primera opción si los cambios en la dieta y el estilo de vida no funcionan. ¨Son compuestos que actúan como la fibra (Plantago ovata y las semillas de lino son los más usados). Se consideran seguros para un uso prolongado durante el embarazo¨, explica Natalia Hernández. Su objetivo es aumentar el volumen de las heces, lo que provoca al mismo tiempo una mayor tensión en la pared del intestino. Esto aumenta los movimientos intestinales y las contracciones que finalmente hacen ir al baño.
Laxantes emolientes. ¨El más usado es el docusato. Ablanda las heces, pero su uso debe ser algo puntual¨, explica la experta. El motivo por el que no debe usarse de manera regular es porque interfieren con la absorción de algunos nutrientes o podrían generar interacciones con los medicamentos que se puedan estar tomando.
Laxantes lubricantes. Son aceites que lubrican las heces para facilitar su salida. El más común es la parafina. Su uso es muy limitado y con control médico por sus posibles efectos en el feto.
Laxantes estimulantes. Su forma de actuar es provocando contracciones rítmicas en los músculos intestinales. Pertenecen a este grupo la sen (Cassia angustifolia), bisacodilo, frángula, aceite de ricino o aloe. Todos ellos contraindicados en el embarazo, por su asociación con partos prematuros.
Laxantes osmóticos. “Estos productos atraen agua al interior del intestino. Un ejemplo serían las sales de magnesio o el bisacodilo. No deben usarse en el embarazo, ya que hay un riesgo de absorción que puede provocar, entre otras cosas, una alteración en la conducción cardiaca (palpitaciones, arritmias, falta de aire, molestia en el pecho, etc.)”. Igualmente, los enemas, microenemas o los supositorios de glicerina, aunque son seguros, en el embarazo solo deben dejarse para casos muy puntuales que decidirá el médico.
¿Cuándo hay que preocuparse?
El estreñimiento, pese a su prevalencia, no es peligroso. Solamente, según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, un 10% de los casos de estreñimientos en gestantes requieren un tratamiento más serio (casos de desgarros, hemorroides…). En aquellos casos en los que hay dolor por el estreñimiento durante el embarazo hay que perder el pudor y comentarlo en la consulta del tocólogo.
Un dietista-nutricionista también puede ayudar, revisando la dieta de la paciente e incorporando los cambios oportunos para estimular el tránsito intestinal.
Posibles complicaciones en el embarazo
Las hemorroides son ya de por sí comunes en el embarazo, pero el estreñimiento las complica creando más dolor, picor y, en ocasiones, la expulsión de algo de sangre en las heces, que puede asustar. Siempre será en pequeñas cantidades y de manera superficial. Si se observa más sangre de lo normal siempre hay que acudir al médico.
Dudas habituales en consulta
¿El estreñimiento en el embarazo puede causar un aborto? ¿Es malo apretar durante el embarazo? ¿Este estreñimiento afectará a mi bebé? Son algunas de las preguntas que las futuras mamás plantean en la consulta de tocología. Como explica la dietista-nutricionista Natalia Hernández, “no hay datos que asocien el estreñimiento con el riesgo aumentado de aborto. No obstante, en aquellos embarazos en los que sí hay riesgo de aborto (por ejemplo, por alteraciones de la placenta) sí que es contraproducente que esa mujer esté realizando grandes esfuerzos para defecar”.
Por la tranquilidad de la madre y la salud del feto, ante cualquier duda, contratiempo y situación anómala hay que acudir al especialista para encontrar la mejor solución para tratarlo. Y, por supuesto, nada de remedios sacados de Google sin supervisión profesional.
El Consejo de ALDI
El estreñimiento que a veces sucede en el embarazo puede continuar después del parto, que es cuando la madre tiene menos tiempo para ella. No olvides tener siempre a mano frutas, verduras y cereales integrales, y asegura una buena hidratación para mejorar la regularidad.
Natalia Hernández. Miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Farmacéutica y Nutricionista especializada en nutrición infantil y deportiva intentando unificar ambos mundos para fomentar un desarrollo mas óptimo. INSTAGRAM: @nhrnutricion.