Las pirámides son herramientas fáciles para aprender a distinguir los distintos grupos de alimentos y sus frecuencias de consumo recomendadas. Bien interpretada, la pirámide de los alimentos para niños resulta una herramienta muy útil para que los más pequeños aprendan los conceptos básicos de una alimentación sana.
Hasta hace relativamente poco se daba validez absoluta a una única pirámide como guía de referencia alimentaria y ampliamente aceptada por la mayoría de los expertos.
En la actualidad esa estrecha perspectiva se cuestiona porque “no hay solo una pirámide, sino muchas. Cada una tiene en cuenta (o no) diversos aspectos, en función de las prioridades con las que haya sido diseñada", explica Miriam Latorre, dietista-nutricionista y miembro del grupo de especialización en nutrición pediátrica de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
La pirámide de los alimentos: qué es y por qué es importante para los niños
La pirámide más aceptada en España es la Pirámide NAOS (2006). Se trata de un material didáctico elaborado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en el marco de la Estrategia NAOS (la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad). Es un esquema que, de forma gráfica y muy intuitiva, aporta sencillos consejos sobre hábitos saludables de actividad física y recomendaciones sobre la frecuencia de consumo de los distintos grupos de alimentos.
Grupos de alimentos y cómo incorporarlos a la pirámide
- Bebida de preferencia: agua. Ni zumos, ni refrescos. El agua debería ser la bebida de elección, también para la población adulta.
- Consumo diario: alimentos frescos de origen vegetal, aceite de oliva, pan y lácteos. El arroz y la pasta pueden alternarse.
- Varias veces a la semana: alimentos ricos en proteínas de origen animal y vegetal (legumbres y frutos secos).
Alternar los diferentes alimentos dentro de cada grupo facilita conseguir una ingesta adecuada de los diferentes nutrientes y limitar el aburrimiento (especialmente importante en los niños)
- Consumo ocasional: chucherías, bollería, snacks… Innegociable: deben limitarse solo a momentos especiales. No tienen cabida meriendas a base de bollos, ni boles de patatas fritas como premio por terminar los deberes.
¿Es realmente útil?
Latorre reconoce que, pese a su utilidad, “la pirámide no deja de ser una herramienta visual y simplificada. No detalla todo lo que algunos quisieran”.
La simplificación que se aprecia en esta pirámide alimentaria también se observa con el Plato de Harvard. "La gran diferencia es que el Plato reduce la cuestión de qué comer en una semana a qué comer en ‘un plato’ (en una ingesta). Esta simplificación puede ser muy útil para explicar cómo diseñar recetas o menús, a diferencia de la pirámide que podría ser más útil para hacer la lista de la compra. Tenemos que ver ambos como herramientas para apoyar visualmente ciertos aspectos de la educación alimentaria, nada más allá".
Las otras ‘pirámides’ españolas
La pirámide NAOS no es la única. Hay otras definidas por otras instituciones, sociedades, y hasta por empresas privadas.
Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC, 2015).
Esta pirámide se dirige a la población adulta. Como novedad recoge en su base algunos hábitos relacionados con la alimentación (técnicas culinarias, adecuación al peso, equilibrio emocional). Para niños tiene una versión anterior muy similar en el resto de los aspectos.
Fundación Dieta Mediterránea.
Va dirigida a población general y combina información sobre la composición de las comidas principales con las recomendaciones de frecuencia de consumo diaria y semanal, además incluye otros aspectos claves del patrón de dieta mediterránea, como la comida en compañía, la actividad física, la estacionalidad, etc.
Otras
En 2019 se presentó “con bastante marketing, otra pirámide con cuatro caras, en 3D. Estar patrocinada por una famosa marca de refrescos restó motivación entre los profesionales para su utilización ".
Puntos débiles: exceso de cereales, dulces y ultraprocesados
Todas estas pirámides comparten -en su opinión- un error de partida: el lugar preferente que se da a los cereales u otros alimentos con alto contenido en almidones. "El plato de Harvard comete la misma equivocación. Este predominio de los cereales se arrastra desde hace décadas como un modelo importado de pirámides extranjeras que daban respuesta a periodos de escasez económica y observaban la apuesta por monocultivos de cereal a gran escala para sortear los problemas de inseguridad alimentaria de aquellos momentos”.
En la actualidad, aunque el problema de inseguridad alimentaria sigue existiendo en algunas familias, “parecería mucho más importante tener en cuenta la epidemia de obesidad en el diseño de estas herramientas. Que pirámides españolas representen patrones dietéticos que normalizan el consumo diario de grandes cantidades de cereal y frecuencias no definidas (moderadas u ocasionales) de alimentos ultraprocesados responde a escenarios con prioridades diferentes a las actuales en nuestro país".
Pirámides alimentarias extranjeras que conviene mirar
Un ejemplo es la pirámide australiana “creada en 2014 y revisada en 2021. No solo intercambia la posición de los cereales con el resto de vegetales, además excluye los alimentos ultraprocesados. Por el contrario, incluye en su base hierbas aromáticas y especias, tan características de las dietas saludables y tan infravaloradas hasta ahora".
Cómo explicar la pirámide alimentaria en las aulas
Lograr que los niños comprendan las recomendaciones de la pirámide alimentaria y las integren en su dieta diaria requiere un gran esfuerzo por parte de los educadores. "Es necesario adaptar el lenguaje y los conceptos en función de la edad, llegando al nivel de detalle que nuestro tiempo y su atención nos permita", asevera la experta.
La paradoja es que, mientras los libros de texto siguen apostando por la pirámide alimentaria, fuera de las aulas muchas propuestas apuestan por otro tipo de recomendaciones (el Plato de Harvard, entre otros). “La solución consiste en explicar, con argumentos consistentes, la obsolescencia de la pirámide y ofrecer modelos alternativos, como el australiano”, declara.
Latorre deja una pregunta delicada en el aire: ¿Deberían contar los autores de los libros de texto con dietistas-nutricionistas para revisar y elaborar los contenidos sobre educación alimentaria?
¡Manos a la obra! Así se lleva la pirámide a la vida cotidiana
Muchos padres se quejan de que lograr que sus hijos coman frutas y verduras, o cambien los ultraprocesados por aperitivos a base de frutos secos requiere un esfuerzo titánico. Latorre sale a su rescate con algunos trucos que siempre funcionan con los más pequeños.
Frutas y hortalizas
"Aportan principalmente agua, fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos activos. Proporcionan mucha saciedad y aportan a nuestro cuerpo sustancias muy necesarias para las funciones de regulación de nuestro organismo y pocas calorías. Debemos procurar que todas las ingestas incluyan alimentos de este grupo (sí, todas)".
Una buena idea sería dejar a su alcance el frutero para facilitar que no tiendan a comer otros ‘snacks‘ menos saludables. Dar ejemplo en casa merendando una manzana o un plátano como algo natural invita a que ellos hagan lo mismo por imitación.
Y echar mano de estrategias para hacer recetas visualmente atractivas. “No entra igual por la vista y el olfato un puré de calabacín, que unos espaguetis de calabacín con alguna salsita especiada, o un barco de medio calabacín relleno con gambas al ajillo y una lonchita de jamón por bandera”, añade.
Lácteos, carnes, pescados y huevos
Los niños necesitan para su crecimiento y desarrollo un aporte de alimentos ricos en proteínas de alta calidad. Sin embargo, esto no significa que podamos incluir alimentos proteicos a espuertas. “Solemos ingerir proteínas de más y no por eso los niños van a crecer más o mejor. De hecho, el exceso puede generar problemas".
La consigna es alternar las distintas fuentes de proteínas, incluyendo las legumbres.
Chucherías, bollería y otros
Con los niños funciona lo mismo que con los adultos: ojos que no ven, corazón que no siente. De nada sirve decir que no pueden comer estos alimentos si tenemos la despensa llena de ellos. Tampoco si los adultos los consumimos con frecuencia delante de ellos en cualquier situación (viendo la televisión, a media mañana como tentempié, al ir de excursión, a la playa, a la piscina…).
Si queremos un consumo ocasional, la presencia de estos alimentos en casa debería ser también ocasional.
El Consejo de ALDI
Una de las mejores formas para incentivar a los niños a comer bien es llevándolos con nosotros a hacer la compra y animándolos a participar activamente echando los productos al carro, colocándolos por tamaños, jugando a ver quién encuentra antes tal o cual producto…
Miriam Latorre. Dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos por la Universidad del País Vasco, y doctora por la Universidad de Zaragoza (entre otras formaciones postgrado). Trabaja como investigadora para el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón en el Hospital Universitario Miguel Servet. Colabora como docente con la Universitat Oberta de Catalunya y Norte Salud. Pasa consulta clínica como dietista-nutricionista especializada en Obesidad y Trastornos Digestivos. Es miembro activo del Grupo de Especialización en Nutrición Pediátrica de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEDN), y también de la Comisión de Comunicación del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón. Su especialización en investigación y docencia está acreditada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN). También posee la Certificación Internacional en Estandarización del Proceso de Cuidado Nutricional, otorgada por el Instituto de Investigación para el Desarrollo de la Nutriología y avalada por la AEDN y el CGCODN. TWITTER: @miriamlatorreDN