Durante los seis primeros meses, la alimentación de los bebés es exclusivamente a base de lactancia, a ser posible, con leche materna. La cosa se complica con la introducción de la alimentación complementaria. Es entonces cuando surgen los miedos y las dudas de los padres, en especial, con aquellos alimentos más alergénicos. Una muy habitual es cuándo empezar a ofrecer huevo al bebé.
Por supuesto, tanto si es a base de purés como si se practica el BLW (Baby Led Weaning o inicio de la alimentación complementaria dirigida por el bebé), con cada nuevo alimento hay que estar atento a posibles alergias e intolerancias. Eso pasa, por ejemplo, con los alimentos más ricos en proteínas como la leche, cacahuetes, pescados, carnes, soja y y una de las fuentes proteicas más habituales en nuestra dieta: el huevo. De hecho, que sea tan elemental en la alimentación es lo que lleva a la necesidad de tener especial cuidado con su introducción en los bebés.
¿Por qué da tantos problemas el huevo en la alimentación de los bebés?
“No creo que sea un alimento especialmente problemático. Pero sí es uno de los alérgenos que tienen declaración obligatoria y, como tal, es necesario prestarle cuidadosa atención”, señala Alba Santaliestra, doctora en Nutrición, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos y miembro de Honor de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
La experta apunta que hay algo de tradición, tanto por parte de los pediatras como de las familias, en la introducción tardía del huevo. Esta circunstancia puede generar más alarma y preocupación. "Quizás se deba a que el huevo lleva varias generaciones considerándose peligroso, aunque – insiste – no hay una razón de peso para ello".
La realidad es que los datos de prevalencia de alergia al huevo destacan por ser bastante bajos. “Las cifras se mueven entre un 0,5% y un 2% de la población, siendo más habitual en edades infantiles. Es importante recalcar que el caso del huevo solo nos encontramos con alergias, nunca con intolerancias alimentarias”, afirma la experta.
La alergia al huevo se pasa con el tiempo
El hecho de que sea más habitual en menores —en concreto en niños de menos de cinco años— tiene que ver con que “esta alergia va desapareciendo con los años, a medida que el aparato digestivo va madurando y el niño crece”. No obstante, no siempre se supera con la edad y aún hay personas adultas con alergia al huevo.
La alergia al huevo, ¿incluye siempre la yema y la clara?
Las alergias se producen porque el sistema inmunológico reacciona ante lo que se consideran proteínas específicas. “Estas proteínas tienen una mayor concentración en la clara del huevo, pero no excluye que haya en la yema proteínas conflictivas o que puedan causar alergia”.
A la hora de que haya que restringir este alimento, normalmente y por seguridad se suele excluir el huevo completo, si bien “las proteínas a las que podemos ser alérgicos pueden ser las de la clara, las de la yema o las de ambas”, explica Alba Santaliestra.
Principales beneficios nutricionales del huevo para los bebés
El más importante es que contiene proteína de alta calidad, es decir, proteína de alta digestibilidad y con una variedad y cantidad de aminoácidos esenciales óptima. Se trata de un alimento muy completo, gracias al cual es posible cubrir gran parte de las necesidades nutricionales de los niños de una forma integral, principalmente para proteínas y algunas vitaminas (folatos, B12, A, E, etc.) y minerales (calcio, hierro, potasio, etc.).
Aunque la proteína está presente sobre todo en la clara, la yema contiene también grasas, principalmente insaturadas. “Es un alimento de alta densidad nutricional que, con pequeñas cantidades, ofrecen un aporte de nutrientes muy interesante y elevado”, confirma la dietista-nutricionista.
Cómo introducir el huevo en la dieta del bebé
La experta ofrece las siguientes recomendaciones:
- Una de las preguntas más habituales en la consulta del pediatra o del dietista-nutricionista infantil es a qué edad se le puede dar huevo al bebé. Como con otros alimentos, se puede introducir a partir del sexto mes. Con esta consigna se supera la idea de hace décadas de retrasar su introducción hasta pasado el décimo mes, incluso, el año.
- Siempre se debe introducir de manera individual, y no con otros alimentos nuevos adicionales. Lo ideal es incorporar un alimento nuevo a la semana para identificar con facilidad si hay alguna alergia o intolerancia a algún alimento. Esta consigna es general a todos los alimentos.
- Se recomienda introducir por separado la yema de la clara, por si una de las dos produjera alergia.
- Es recomendable introducir primero la yema, porque tiene un contenido menor de proteínas potencialmente alergénicas, por lo que el riesgo a que desarrolle esa alergia es menor.
- No es buena idea posponer su introducción mucho más allá del sexto mes porque, cuanto más se retrasan los alimentos con alto potencial alérgico, mayor es el riesgo de provocar alergia.
Precauciones y técnicas que se deben evitar
La experta es tajante con respecto a la posibilidad de que el huevo quede crudo: “La clave es que el huevo esté totalmente cocinado. No vale huevo frito, ni hecho en la plancha. Es necesario que esté bien cuajado, tanto yema como clara. Los estudios más recientes van en la línea de que el huevo cocido genera un menor rechazo y, por lo tanto, menores reacciones alérgicas”.
Las razones tienen que ver con que al haberse cocinado, bien en tortilla lo suficientemente cuajada, bien mediante la técnica de la cocción, las proteínas ya están parcialmente digeridas gracias al tratamiento térmico.
¿Cuántas veces a la semana puede comer huevo un bebé?
Las recomendaciones hablan de ofrecer huevo al bebé en torno 3-4 veces a la semana, entre comidas y cenas. Proporción similar a la adecuada con las carnes magras, los pescados y las legumbres.
La realidad, sin embargo, demuestra que no es sencillo ni habitual que sea así desde los 6 meses. “Que el pequeño tenga una alimentación lo más variada posible en la que se hayan podido incluir todos los grupos de alimentos, debería ser la tendencia. Pero las expectativas de las familias tienen que ser realistas y, si al comienzo de la alimentación complementaria, no es posible aplicar estas recomendaciones de frecuencias de consumo de alimentos, tienen toda una vida para educar a sus hijos en alimentación saludable”, afirma la dietista-nutricionista.
Huevos fritos y bebés: de entrada, no
La recomendación de Alba Santaliestra es no ofrecer huevos fritos al bebé hasta los 2 años. Y, si se hace, que la yema esté totalmente cocida. “En un huevo frito, la yema está cruda. Esto genera más problemas a la hora de la digestión y del manejo de la seguridad alimentaria de ese alimento”, concluye la experta.
El Consejo de ALDI
La alimentación complementaria puede generar estrés para incorporar los nuevos horarios y los menús del bebé al ritmo de comidas de los padres y demás hermanos. Con pequeños cambios, es posible adaptar la comida del bebé a la del resto de la familia. ¡Ahorrarás tiempo en la cocina y ayudarás a tu hijo a aprender los hábitos de alimentación de los mayores!
Alba Santaliestra. Presidenta del Comité Científico, miembro del Cuerpo de Académicos y miembro de Honor de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Dra. en Epidemiología y Salud Pública, Licenciada en Ciencia y Tecnología de los alimentos y Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Zaragoza. Investigadora postdoctoral en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, Instituto de Salud Carlos III, Centro de Investigaciones Biomédicas enRed y Fisiopatología de la obesidad y nutrición (CIBER-Obn). Instagram @albasantaliestra