La mayoría de las madres – mal que nos pese, la alimentación de los más pequeños en casa sigue siendo casi siempre tarea de las madres- suele quejarse de que sus hijos rechazan las verduras. Y que ese rechazo se hace más virulento a partir de cierta edad. De hecho, mencionar las verduras para niños suena casi a oxímoron. María Marqués, dietista-nutricionista, asesora de lactancia especializada en alimentación materno-infantil y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, lo corrobora. “Es muy común que los niños muestren cierta aversión a las hortalizas”.
La buena noticia es que es posible revertir esa tendencia. Ella nos da las pistas sobre cómo dar verduras a los niños sin que sentarse a la mese se convierta en un drama.
¿Por qué a los niños no les gustan las verduras?
Hay dos factores que lo explican o, al menos, que se deben considerar. “Por un lado, el momento evolutivo en que se encuentra el niño. Alrededor de los dos años suele aparecer la selectividad alimentaria y la preferencia o rechazo a ciertos alimentos. Es un fenómeno natural y fisiológico que forma parte del desarrollo del niño. Es temporal y suele desaparecer alrededor de los 6 años”, afirma Marqués.
Por otro lado, podría haber una razón genética. La Universidad de Rutgers (Nueva Jersey, Estados Unidos) ha realizado un estudio con niños en edad preescolar en los que encontraron “una variación genética para la sensibilidad del sabor amargo”. Otros investigadores cuestionan esta hipótesis, ya que “un solo gen no explica todas las preferencias de gusto”.
En este sentido se cree que tienen más importancia las tradiciones culturales y gastronómicas, “así como las experiencias que se van viviendo alrededor de la comida”, afirma Marqués.
¿Es el sabor de las verduras, en general, difícil de aprender a disfrutar?
La dietista-nutricionista es clara en su respuesta: “Yo creo que no. El abanico de opciones es muy amplio. Tenemos desde las verduras más amargas, como las endivias o las acelgas, a otras más dulces, como la calabaza o la zanahoria”.
Insiste en que los bebés nacen con el paladar virgen. A lo largo de su desarrollo, van aprendiendo a relacionarse con los diferentes sabores a través de la exposición y la experimentación. “El paladar se educa. En el caso de los niños tenemos un terreno muy fértil para trabajar la aceptación de las verduras, ya que están en el periodo de establecer y afianzar sus hábitos de alimentación”, declara la experta.
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¿Hay verduras más fáciles que otras, para ir iniciándoles en estos alimentos?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que a unos niños les gustarán alimentos más amargos y a otros más dulces. Aunque en principio la calabaza, la zanahoria, la judía verde o el tomate pueden ser alimentos de más fácil aceptación, hay gustos para todas las verduras y verduras para todos los gustos.
Por eso, la experta afirma que “lo más adecuado es ofrecer una amplia variedad para que el peque vaya haciendo sus elecciones”.
Consejos para que los niños coman verduras
Sobre el papel, los niños irán eligiendo según sus propios gustos. En la vida real, los padres y madres saben que el día que tocan espinacas, brócoli o acelgas, hay muchas posibilidades de broca en la mesa. El reto está en saber cómo darle verduras a los niños sin que parezca un castigo y en cómo hacer que un niño coma verduras sin negociaciones, premios o castigos.
- Educar con el ejemplo. Que los niños vean desde bebes que todos los miembros del hogar consumen una amplia variedad de hortalizas, en preparaciones diversas, y lo hacen de forma natural y sin dramas.
- Involucrar a los niños. Hacerles partícipes de la compra, la cocina, la elección de una receta y la hortaliza que se incluya o de la presentación de un plato.
- Ofrecer, pero no obligar. Cuando se obliga a comer un alimento se está abonando el terreno para generar una aversión alimentaria a corto y medio plazo. Hay que pensar que el objetivo no es que se coma la verdura hoy, sino que se la coma el resto de su vida.
- Ser realistas con la ración de hortalizas que se espera que el niño coma y ajustarla a sus preferencias, hambre y resto de alimentos de la comida en un primer plato, una guarnición o como plato único..
- Platos arcoíris. Procurar ofrecer hortalizas de distintos colores, sabores y texturas, y recurrir a preparaciones culinarias diversas (horno, plancha, rebozado, vapor, etc.), para enriquecer la experiencia sensorial de los niños.
- Comer en familia. El momento de la comida va más allá de la nutrición. Se trata de un momento de familia, de compartir, de hablar, y eso no ocurre cuando los niños comen a parte de los adultos.
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Qué no hacer nunca para que coman verduras
Cuando un niño no quiere comer verdura, suele generar cierta frustración a las familias. A veces, optan por opciones ‘poco educativas’ que quizás funcionan en ese momento, pero no son una buena opción a medio plazo.
- Poner pantallas para que coma. Las pantallas ponen a los niños en modo piloto automático y van a ingerir alimentos sin ser realmente conscientes. Y como sin pantallas siguen rechazando el alimento, solo se consigue generar una dependencia de los dispositivos electrónicos.
- Bañar la verdura con salsas para camuflar el sabor. No es lo mismo sumergir en kétchup que cocinar rico. Cuando se camufla estamos engañando el cerebro del niño para que no se de cuenta de que son verduras.
- Premios y chantajes. La comida no debe ser el vehículo para conseguir algo externo. Porque entonces deja de ser un fin, para ser un medio.
¿Se les debe castigar si no las comen?
“Si no las comes ahora, las cenarás esta noche”, es la peor estrategia a seguir. Los castigos con la comida son una forma poco ortodoxa de conseguir que coman el alimento ahora, “pero abona el terreno para que no lo quieran comer el resto de su vida”, afirma Marqués. “Las experiencias que los niños van acumulando alrededor de un alimento son las que harán que ese niño y futuro adulto decidan seguir incluyendo ese alimento dentro de sus elecciones diarias o no”.
Ante la negativa de un niño, “es preferible aprender a gestionar y acompañar emocionalmente para que el peque haga su proceso desde el amor y la calma. Jamás deberíamos obligarle a comerlo. Si un niño genera una aversión a las verduras por verse sometido a comerlas fuera de su voluntad, deja de comerlas el resto de su vida y deja de obtener los beneficios reales de estos alimentos”, explica la experta.
Recetas con verduras para niños
La experta propone tres recetas infalibles para seducir el paladar y la experiencia visual de los más pequeños. Ni que decir tiene que las posibilidades son infinitas. Solo hay que jugar con la imaginación y los productos de temporada.
- Tortitas de Hulk: Receta sencilla de tortitas a la que añadimos espinacas para darle un color verde y podemos rellenar con queso y nueces.
- Volcán en erupción: Receta de brócoli con patatas que chafamos y formamos una montaña, haciendo un hoyo en el centro y derramando salsa de tomate como si fuera la lava.
- Brocheta ajedrez: Brocheta de tomates cherry con bolitas de mozzarella.
El Consejo de ALDI
Ir a la compra con los niños puede ser todo un reto. Pero si involucramos a los pequeños desde edades tempranas en la compra y les animamos a participar en la preparación de la comida (coger la fruta del frutero, poner la mesa, añadir la sal…) es más fácil que acepten de forma natural los alimentos.
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Maria Marqués. Dietista-nutricionista materno infantil. Es miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Navarra, Máster Europeo en Nutrición y Metabolismo por la misma universidad. Ha trabajado en proyectos de investigación, como el estudio SUN, el estudio PREDIMED y EVASYON, como dietista-nutricionista. Es autora y coautora de diversos artículos científicos y colabora como divulgadora en diferentes medios de comunicación y revistas. Es la fundadora del proyecto Maria Marqués Nutrición, de la escuela online Koalacta.com y cofundadora del Podcast Hoy se come. Además está certificada como asesora de lactancia y se ha especializado en alimentación de la mujer, de la primera infancia y en alergias e intolerancias alimentarias. INSTAGRAM: @mariamarques.nutricion .
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