Ningún niño nace queriendo comer poco saludable. Como otras tantas cosas en la vida, a comer bien se aprende. Pero también es una elección personal. Una correcta educación alimentaria en los niños los enseña a comer bien, cómo hacerlo de forma saludable y a adquirir hábitos alimentarios que van a durarles en la vida adulta.
Respecto a si se debería hablar de educación nutricional para niños o educación alimentaria, Miriam Latorre, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, prefiere el segundo. “El primero es un proceso fisiológico que solo se puede entrenar (y solo hasta cierto punto). Lo correcto es hablar de educación alimentaria”.
Bases para una educación alimentaria en la infancia
Latorre señala que la orientación alimentaria para niños debe basarse en cuatro sencillos principios:
1. Comer saludable es bueno. Alimentarnos bien es clave para estar sanos. Más aún en la infancia para garantizar un crecimiento correcto, un buen desarrollo cognitivo y un óptimo rendimiento escolar. Además sienta las bases para una buena salud futura.
2. Implica comer de todo. En una proporción y frecuencia adecuadas. Nada de culpas por comer puntualmente algún alimento que no sea tan saludable.
3. Mejor, acompañados. La alimentación tiene una dimensión social y cultural (tradiciones culinarias, recetas, rituales sociales en torno a la mesa…)que hay que aprender.
4. Puede ser divertido. La gamificación es una herramienta indispensable para la educación alimentaria en los más pequeños. Animarlos a acercarse a la alimentación y explorar.
Más allá de estas claves, la experta recalca que "los niños aprenden por imitación, tanto de los referentes (padres, tutores, educadores), como de los iguales (compañeros, hermanos). Aunque existen estudios que demuestran que el niño con una buena educación sobre los alimentos puede lograr que mejore la alimentación de toda la familia, los padres deben entender que son sus referentes. El niño no solo va a heredar de ellos sus genes, también, su conducta".
Destaca que la comida no debe ser nunca:
– un premio (‘si te portas bien, tú eliges qué cenamos’)
– un castigo (‘si te portas mal, solo tú comerás acelgas’)
– un chantaje (‘no te daré la merienda hasta que no termines los deberes’)
Los niños aprenden de su experiencia. Si la comida es un premio, un castigo o un chantaje, asociará esos conceptos de por vida a la alimentación.
Consejos para integrar la educación alimentaria en el hogar y la escuela
Para algunos padres lo de cómo enseñar a los niños sobre alimentos saludables es terreno inexplorado. Desde la noche de los tiempos los humanos han comido para no morir de hambre y estar fuertes a corto plazo, sin plantearse si a largo plazo producía inflamación, alteraciones cardiovasculares o riesgo de cáncer.
La evidencia científica actual nos demuestra que cuidar la alimentación es fundamental para cuidar nuestra salud de por vida. Conocer los alimentos saludables no es patrimonio exclusivo de los adultos. Los niños pueden adquirir hábitos y conductas positivas adecuadas en relación con la alimentación, siempre que los adultos vayan corrigiendo o modificando aquellas menos saludables. Para ello, Latorre señala estas recomendaciones:
- Los adultos hemos de dar ejemplo, tanto los profesores como la familia. Comer la misma comida que ellos y en la misma mesa es un primer paso fundamental.
- Establecer un horario regular para las ingestas. Los niños asumen mejor la regularidad que el caos.
- Involucrar a los niños en todas las etapas de la alimentación: durante la comida, al poner la mesa y servir los alimentos, al prepararlos o cocinarlos, al comprarlos y guardarlos, al elegirlos y cultivarlos…
- No debemos premiar, ni castigar o chantajear con la comida. Los confunde y crea asociaciones distorsionadas entre emociones y alimentación.
- Facilitar una actitud positiva hacia alimentación, mediante el juego y la exploración natural al probar nuevos alimentos y recetas.
Juegos y actividades didácticas para fomentar hábitos alimentarios saludables en los niños
No hace falta contar con un programa de educación alimentaria perfecto. Basta con aplicar el sentido común, usar su lenguaje de juegos y sacar partido del afán curioso propio de la infancia.
- Compartir catas de alimentos. Sobre todo, con los más pequeños. "Probar diferentes alimentos les ayuda a descubrir y expresar sus sensaciones (color, textura, olor, sabores…).
- Cocinillas. A los niños les encanta cocinar y comer luego lo que ellos mismos han preparado. "Participar en la elaboración de recetas adaptadas a su edad fomenta que nos pregunten con naturalidad acerca de los alimentos. También da pie a los adultos a hablar de sus cualidades", explica Latorre.
- Semáforo. Asociando los colores -verde, amarillo y rojo- a la frecuencia de consumo adecuado, o a un determinado alimento nos ayuda a explicar los efectos de los alimentos en la salud de forma fácil.
- Vídeos, infografías, cuentos… Cualquier material audiovisual adaptado a su edad que adapte las explicaciones a su forma de aprender es válida.
- Juegos. Cartas, alimentos de juguete, etc. “También podemos fabricarlos nosotros con fotos de alimentos, cartulinas, cestas de colores”, enumera la experta. Con esos alimentos ‘de mentira’ podemos jugar a confeccionar menús o preparar comidas.
Trucos y recetas divertidos y saludables para involucrar a los niños en la cocina
Atención a cuchillos y fogones
Debemos valorar los riesgos de hacer recetas calientes con los niños cerca, o darles cuchillos. “En cambio, pueden hacer muchas cosas sencillas en frío y de bajo riesgo”, advierte. Si hacemos una parrillada de verduras, que ellos añadan las hierbas aromáticas o la sal en escamas. Si son brochetas de frutas, nosotros las cortamos y ellos la ensartan.
Aplastar, teñir, inventar
A los niños les fascina romper las reglas, trabajar con las manos y ensuciarse. Y eso es un filón para darles tarea en la cocina:
- Empanados a su manera. Pueden hacer sus propias piruletas de fruta crujientes aplastando unos copos de maíz de desayuno en una taza, batiendo un yogur para dejarlo más líquido, ensartando trozos de fruta en una banderilla y pasando la banderilla por el yogur y los cereales.
- Pizza, siempre es un triunfo. Redescubrir alguna verdura cocinándola de una forma nueva (como por ejemplo utilizando coliflor rallada o picada para hacer bases de pizza).
- Colorear. Usar col lombarda o cúrcuma para cambiar el color de un puré aburrido
- Fajitas creativas. Envolviendo el relleno con una hoja de col cocida.
Un último consejo es no dar a probar algo nuevo junto a algo que no les guste mucho, “o si tienen el día ‘de que no’. De hecho, todo lo contrario, hay que buscar siempre asociaciones positivas con todo lo nuevo para motivarles a cocinarlo y a probarlo, como la coliflor en la base de la pizza, por ejemplo (siempre que les guste la pizza, claro)".
El Consejo de ALDI
Ahora que los peques están de vacaciones, es un buen momento para que aprendan a hacer la compra. Plantéales un juego: buscar dónde están sus alimentos favoritos y echarlos ellos mismos a la cesta. ¡La nutrición saludable empieza en el súper!
Miriam Latorre. Dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos por la Universidad del País Vasco, y doctora por la Universidad de Zaragoza (entre otras formaciones postgrado). Trabaja como investigadora para el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón en el Hospital Universitario Miguel Servet. Colabora como docente con la Universitat Oberta de Catalunya y Norte Salud. Pasa consulta clínica como dietista-nutricionista especializada en Obesidad y Trastornos Digestivos. Es miembro activo del Grupo de Especialización en Nutrición Pediátrica de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEDN), y también de la Comisión de Comunicación del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón. Su especialización en investigación y docencia está acreditada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN). También posee la Certificación Internacional en Estandarización del Proceso de Cuidado Nutricional, otorgada por el Instituto de Investigación para el Desarrollo de la Nutriología y avalada por la AEDN y el CGCODN. TWITTER: @miriamlatorreDN