No es solo qué se come, sino dónde y cuándo comemos lo que condiciona en muchas ocasiones el problema de la obesidad. Vivir en un ambiente obesogénico favorece la aparición de esta enfermedad, que en España afecta a un 16,5% de los hombres adultos, y a un 15,5% de las mujeres adultas. En los grupos de edad comprendidos entre los 35 y 74 años, el porcentaje de se eleva al 44,9 % en los varones, y el 30,6% de la población femenina.
Los datos proceden de la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020 y muestran una preocupante tendencia al alza. De hecho, hace ya algún tiempo que se utiliza el término ‘pandemia’ para referirse a la obesidad por su gravedad y sus dimensiones sociales.
A diferencia de otras pandemias, la obesidad no se contagia por el aire o el contacto físico. El doctor Abel Darío Martínez Esquivel, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de la Nutrición y Dietética, señala otro modo de transmisión menos evidente: el entorno social. “Tanto el ambiente, como el estilo de vida influyen sobre la obesidad. Sin ir más lejos, aquellos niños que conviven con compañeros con hábitos sedentarios, es muy probable que también adopten estas prácticas", declara.
¿Cómo influye el ambiente en la obesidad infantil?
Cerca del 40% de los escolares españoles presentan sobrepeso u obesidad. Aun teniendo en cuenta que este problema tiene un origen multifactorial, un ambiente obesogénico infantil en el entorno familiar es uno de sus principales factores de riesgo. "El modo de alimentarse, las preferencias y el rechazo a determinados alimentos están fuertemente condicionados durante la infancia por el contexto familiar, ya que es en este periodo cuando se adoptan la mayoría de los hábitos y practicas alimentarias".
El doctor Martínez Esquivel, profesor en el Colegio de Salud Pública Mel y Enid Zuckerman de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) y especialista en la aplicación de programas de hábitos y estilos de vida saludable en la población general, señala que los estudios muestran una relación significativa entre el bajo nivel educativo de los padres y un estado nutricional inadecuado de sus hijos.
En estos trabajos se concluye que "los progenitores influyen en el contexto alimentario infantil, con modelos a menudo permisivos respecto a la elección de la alimentación de sus hijos y en aspectos tales como el tipo, la calidad, la cantidad y los horarios en que se lleva a cabo".
Otros factores menores, también de carácter doméstico, podrían participar en la obesidad infantil. Que todos los miembros de la familia coman juntos se asocia a menos obesidad. También influye negativamente que los padres pasen mucho tiempo fuera de casa por trabajo. Son esos lapsos de tiempo en que los pequeños tienen mayor acceso a alimentos poco recomendables desde el punto de vista nutricional, como bollería industrial o refrescos azucarados. En especial, si ya están en la despensa.
Obesidad infantil: el comedor escolar y la educación en el aula
El comedor escolar puede tener un papel crucial en la adquisición de buenos hábitos alimentarios en la infancia. "El 20% de los niños realiza, durante cinco días a la semana, su comida principal en el colegio. Este porcentaje aumenta hasta el 32% en el grupo de edad de 2-5 años", apunta el doctor Martínez Esquivel.
Dada la importancia del comedor escolar, apuesta por políticas de mejora del menú escolar. “Hay evidencia de que las intervenciones ambientales que incorporan modificaciones en la composición de los menús ofertados en el colegio son efectivas para fomentar la adquisición de hábitos alimentarios saludables entre los escolares”, recalca.
¿Influye el entorno en la obesidad entre adultos?
Los humanos somos seres sociales. Con la edad afianzamos los rasgos de nuestra personalidad, nuestros gustos e intereses, pero no dejamos nunca de querer la aceptación en nuestro entorno social. Eso suele implicar amoldarnos a los hábitos de quienes nos rodean.
Si nuestros compañeros de trabajo quedan a diario para ir al gimnasio y se llevan a la oficina un táper con comida saludable, hay posibilidades de que esos hábitos saludables se ‘contagien’. Por el contrario, si quedan a tomar cañas, a jugar a videojuegos o a comer en restaurantes de comida rápida es muy probable que haya un efecto arrastre hacia esos hábitos poco saludables.
La oferta alimentaria, otro factor a tener en cuenta
Existe otro factor aparentemente más sutil, pero que condiciona y mucho las elecciones alimentarias: la oferta alimentaria. No es lo mismo tener restaurantes con ensaladas o comida healthy cerca del trabajo, o un supermercado con una frutería visualmente muy apetecible, que tener que conformarse con opciones donde abundan las frituras, rebozados, la bollería industrial, o una oferta tristona y escasa de frutas y hortalizas.
Sin llegar a ser determinante, un entorno obesogénico en la edad adulta se convierte en un factor de riesgo más para desarrollar esta patología.
¿Se está impartiendo suficiente educación nutricional?
La obesidad se cura, pero, sobre todo, la obesidad puede prevenirse. Para ello es de suma importancia una adecuada educación alimentaria de la ciudadanía. Los centros escolares son el lugar idóneo para iniciar los conocimientos sobre alimentación y hacer que los alumnos sean capaces de adaptar su propio comportamiento alimentario en función de sus gustos y costumbres, y de la disponibilidad de alimentos.
“Los programas de educación para la salud en la escuela deberían incluir una educación alimentaria y nutricional. Con objetivos y métodos bien estructurados para lograr cambios reales", declara el doctor. "El mejor es el trabajo en grupo. El escolar se involucra y toma conciencia de aquellas pautas y hábitos alimentarios que no son apropiados, cambiándolos por otros más saludables".
Educar en hábitos de nutrición saludable es de vital importancia en países en vías de globalización. "Sus hábitos alimentarios viven una transición peligrosa al consumo de alimentos ultraprocesados, baratos y altos en azúcar, grasas y sal". Son esos entornos obesogénicos con adolescentes tan habituales en las series en los que el pasatiempo de una tarde cualquiera es jugar a videojuegos y comer pizza y refrescos en tamaños desproporcionados.
Medios de comunicación y redes sociales: riesgos y oportunidades en la lucha contra la obesidad
Las redes sociales son armas de un poder incalculable. Sin olvidar el poder de los medios de comunicación tradicionales. "Ambos ocupan una posición privilegiada a la hora de acceder a la mayoría de la población. Por esa razón, tienen la capacidad de influir y condicionar la percepción del público sobre la gravedad de las enfermedades", asevera el doctor.
"Los medios de comunicación no solo informan, sino que construyen la realidad e influyen en las opiniones y actitudes del público", concluye. Una información deficiente o interesada puede favorecer la creación de un ambiente obesogénico.
Sedentarismo y comida rápida, factores clave del entorno obesogénico
Además de la familia y la escuela, la frecuencia con la que niños y adolescentes practican ejercicio físico o su nivel de sedentarismo, son claves en la adquisición de hábitos saludables o la aparición de obesidad. "La suma del sedentarismo con la ingesta excesiva de comida rápida o bollería ha hecho que las tasas de obesidad a nivel mundial se hayan duplicado desde los ochenta", apunta el experto.
Lejos de ser una afirmación cargada de gordofobia, se trata de una advertencia sobre lo que puede ser nuestra salud en un futuro. “El sedentarismo es un importante factor de riesgo para muchas enfermedades relacionadas con el estilo de vida. La inactividad física (incluso en cortos periodos de tiempo) se ha asociado a cambios metabólicos, disminución de la sensibilidad a la insulina, pérdida de masa muscular y acumulación de tejido adiposo visceral, entre otros", declara el doctor. .
Consejos para evitar un ambiente obesogénico
Todas las personas pueden modificar y mejorar sus hábitos. Incluso lograr transmitirlos a su entorno próximo. Ahora bien, para no caer en las dietas milagro o en entrenamientos extenuantes y no adaptados a las condiciones físicas del individuo, conviene que esta transición se haga con el asesoramiento de los expertos cualificados.
En el caso de la nutrición, los profesionales indicados son los dietistas-nutricionistas, mientras que en el entrenamiento lo serán los titulados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CCAFYD).
A un nivel más amplio, el doctor propone las siguientes medidas:
- Poner en marcha programas integrales dirigidos a la infancia y adolescencia que promuevan alimentos saludables y reducir la ingesta de alimentos poco saludables y bebidas azucaradas.
- Impulsar programas integrales que promuevan la actividad física y reduzcan los comportamientos sedentarios en niños, niñas y adolescentes.
- Integrar y fortalecer la orientación para la prevención de ENT (Enfermedades no transmisibles) con la guía actual sobre los cuidados en la preconcepción y prenatales para reducir el riesgo de obesidad infantil.
- Proporcionar orientación y apoyo para una alimentación, un sueño y unas actividades físicas saludables en la primera infancia, para asegurar que los niños crezcan adecuadamente y desarrollen hábitos saludables.
- Instaurar programas integrales que favorezcan entornos escolares saludables, conocimientos y habilidades sobre salud y nutrición, y actividad física entre los niños, niñas y adolescentes en edad escolar.
- Desarrollar servicios de gestión de peso para niños, niñas y jóvenes con obesidad.
- Promover políticas publicas que regulen los entornos alimentarios en centros escolares así como en establecimientos sanitarios, deportivos y laborales.
- Reducir la exposición publicitaria de niños, niñas y adolescentes a alimentos y bebidas no saludables.
- Aplicar políticas fiscales que hagan más accesibles y asequibles los alimentos saludables propios de la dieta mediterránea. Gravar los no saludables para dificultar su compra de alimentos.
El Consejo de ALDI
¿A tus hijos les gusta picotear algo mientras ven la tele? Prueba a cambia las patatas fritas u otros snacks por unos palitos de zanahoria con salsa de yogur casera para dippear. La pueden preparar ellos mismos añadiendo curry, comino o colorante alimentario.
Abel Darío Martínez Esquivel. Miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética y Doctor en Salud Pública con más de 6 años de experiencia en ensayos de estrategias e intervenciones a corto y largo plazo en las áreas de dieta y control de peso. Miembro de la Asociación Americana de Salud Pública; y miembro de la Red Binacional para Comunidades Saludables en la Región Fronteriza México-EUA. Especialista en la aplicación de programas de hábitos y estilos de vida saludable en la población general a partir de temas prioritarios, como cultura alimentaria, alimentación correcta, uso y consumo de agua potable, hábitos de sueño, estrés, entre otros. Actualmente es Profesor Adjunto en el Departamento de Política Práctica de Salud Pública e Investigación Traslacional del Colegio de Salud Pública Mel y Enid Zuckerman de la Universidad de Arizona. Twitter: @abeldmartineze